14. Ella lo adormeció, tejió las siete trenzas de su cabellera en la urdimbre y las apretó con el peine. Luego gritó: «¡Aquí vienen los filisteos!» Sansón despertó y arrancó la urdimbre con sus trenzas. Y así Dalila no conoció el secreto de su fuerza.





“Diga ao Senhor: Faça em mim segundo a Tua vontade, mas antes de mandar-me o sofrimento, dê-me forças para que eu possa sofrer com amor.”. São Padre Pio de Pietrelcina