Encontrados 381 resultados para: Agua

  • Dios creó entonces los grandes monstruos marinos y todos los seres que viven en el agua según su especie, y todas las aves, según su especie. Y vio Dios que todo ello era bueno. (Génesis 1, 21)

  • e hiciera subir el agua para regar toda la superficie del suelo. (Génesis 2, 6)

  • La encontró el Angel de Yavé junto a una fuente de agua en el desierto (la fuente que hay en el camino de Sur), (Génesis 16, 7)

  • Les haré traer un poco de agua para que se laven los pies y descansen bajo estos árboles. (Génesis 18, 4)

  • Abrahán se levantó por la mañana muy temprano, tomó pan y un recipiente de cuero lleno de agua y se los dio a Agar. Le puso su hijo sobre el hombro y la despidió. Agar se marchó y anduvo errante por el desierto de Bersebá. (Génesis 21, 14)

  • Cuando no quedó nada de agua en el recipiente de cuero, dejó tirado al niño bajo un matorral (Génesis 21, 15)

  • Entonces Dios le abrió los ojos y vio un pozo de agua. Llenó el recipiente de cuero y dio de beber al niño. (Génesis 21, 19)

  • Era ya tarde, la hora en que las mujeres salen a buscar agua al pozo; hizo arrodillar a los camellos junto al pozo, en las afueras de la ciudad. (Génesis 24, 11)

  • Voy a quedarme junto a la fuente, mientras las muchachas de la ciudad vienen a buscar agua, (Génesis 24, 13)

  • y a una de ellas le voy a decir: "Por favor, inclina tu cántaro para que yo pueda tomar agua". Si ella me responde: "Toma y daré también de beber a tus camellos", haz que sea ella la que tú has destinado para tu servidor Isaac. Esta será para mí la señal de que has escuchado a mi patrón. » (Génesis 24, 14)

  • Entonces el hombre corrió a su encuentro y le dijo: «Por favor, dame un poco de agua de tu cántaro.» (Génesis 24, 17)

  • Cuando hubo acabado de darle agua, le dijo: «También sacaré agua para tus camellos hasta que se sacien.» (Génesis 24, 19)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina