Encontrados 346 resultados para: Cabeza

  • Y Josué ordenó a los sacerdotes: «Tomen el Arca de la Alianza y atraviesen el río a la cabeza del pueblo.» (Josué 3, 6)

  • Luego que todo el pueblo acabó de cruzar el río, el Arca también pasó, y los sacerdotes volvieron a ponerse a la cabeza. (Josué 4, 11)

  • Entonces Josué y todos los jefes de Israel rasgaron sus vestidos, se cubrieron de ceniza la cabeza y permanecieron postrados delante del Arca de Yavé hasta la tarde. (Josué 7, 6)

  • Entonces la mujer tomó un martillo y una estaca de la tienda, se acercó a él despacito y le clavó en la cabeza la estaca, que se fijó en la tierra. (Jueces 4, 21)

  • Cuando llegó Barac, Yael le salió al encuentro y le dijo: «Ven, que te mostraré al hombre que buscas.» El entró y vio a Sísara muerto con la estaca en la cabeza. (Jueces 4, 22)

  • Hirió a Sísara, le partió la cabeza, lo golpeó y le partió la sien; a sus pies se desplomó, allí cayó, quedó tendido. (Jueces 5, 27)

  • Pero una mujer le arrojó una piedra de molino a la cabeza y le partió el cráneo. (Jueces 9, 53)

  • También hizo recaer sobre la cabeza de la gente de Siquem toda su maldad. De esta manera se cumplió en ellos la maldición de Jotam, hijo de Jerubaal. (Jueces 9, 57)

  • Prosiguieron su camino, colocando en la cabeza a las mujeres, los niños, los rebaños y los objetos preciosos. (Jueces 18, 21)

  • y le hizo el siguiente voto: «¡Oh Yavé de los Ejércitos! Si es que te dignas mirar la aflicción de tu esclava, te acuerdas de mí y no me olvidas, dame un hijo varón. Yo te lo entregaré por todos los días de su vida y la navaja no pasará por su cabeza.» (1 Samuel 1, 11)

  • Un hombre de la tribu de Benjamín se escapó del frente de batalla y llegó el mismo día a Silo con la ropa hecha tiras y la cabeza cubierta de polvo. (1 Samuel 4, 12)

  • Pero al amanecer del día siguiente encontraron otra vez a Dagón en el suelo delante del Arca de Yavé; su cabeza y sus manos estaban rotas en el umbral de la puerta, solamente el tronco de Dagón había quedado donde cayó. (1 Samuel 5, 4)


“Deus quer que as suas misérias sejam o trono da Sua misericórdia.” São Padre Pio de Pietrelcina