Encontrados 211 resultados para: Cuerpo

  • La mujer que ha tenido sus reglas será impura por espacio de siete días, por ser un derrame de sangre de su cuerpo. Quien la toque será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 19)

  • Entonces lavará su cuerpo con agua en un lugar sagrado y se pondrá sus vestiduras. Y saldrá para ofrecer su holocausto y el holocausto del pueblo; luego hará la expiación por sí mismo y por el pueblo (Levítico 16, 24)

  • No se hagan cortes en su cuerpo por los muertos; no lleven inscripciones o tatuajes en su cuerpo: ¡yo soy Yavé! (Levítico 19, 28)

  • No raparán su cabeza ni rasurarán los lados de su barba, ni se harán cortes en su cuerpo. (Levítico 21, 5)

  • en ese caso será impuro hasta la tarde y no comerá de las cosas santas hasta después de haber bañado su cuerpo en agua. (Levítico 22, 6)

  • Lo harás de la siguiente manera: los rociarás con agua bendita; se rasurarán todo el cuerpo, se pondrán ropa limpia y así quedarán purificados. (Números 8, 7)

  • Que no sea como el aborto cuyo cuerpo ya está medio destrozado cuando sale del viente de su madre". (Números 12, 12)

  • su cuerpo no pasará la noche colgado, sino que lo enterrarás el mismo día, porque un colgado es maldición de Dios. Así no harás impura la tierra que Yavé, tu Dios, te da por herencia. (Deuteronomio 21, 23)

  • Josué pidió al pueblo que repitiera esta maldición: «Que Yavé maldiga al que reconstruya Jericó. Que los cimientos se levanten sobre el cuerpo de su hijo mayor, y las puertas sobre el de su hijo menor.» (Josué 6, 26)

  • ¡Que mis dioses te maldigan! ¡Ven a atacarme para poder así tirar tu cuerpo a las aves de rapiña y a las fieras salvajes!» (1 Samuel 17, 44)

  • David, entonces, corrió y se puso de pie encima de su cuerpo, tomó su espada y lo remató cortándole la cabeza. Los filisteos, al ver muerto a su campeón, huyeron. (1 Samuel 17, 50)

  • Colocaron las armas de Saúl en el templo de Astarté y colgaron su cuerpo en el muro de Betsán. (1 Samuel 31, 10)


“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina