Encontrados 39 resultados para: Ester

  • Ahora bien, Mardoqueo tenía en su casa a una joven de buena presencia y lindo rostro llamada Hadassá, es decir, Ester. Esta era hija de un tío suyo, y como había quedado huérfana, Mardoqueo la había adoptado como hija. (Ester 2, 7)

  • Conforme al edicto real, numerosas jóvenes fueron llevadas a Susa y encomendadas a los cuidados de Hegué, que era castrado. Entre ellas también iba Ester. (Ester 2, 8)

  • Ester no había dicho nada sobre su raza o su familia, pues Mardoqueo así lo había ordenado. (Ester 2, 10)

  • Diariamente se paseaba él por delante de la casa de las mujeres para saber cómo estaba Ester e informarse de lo que le sucedía. (Ester 2, 11)

  • A fines de diciembre del séptimo año del reinado de Asuero le tocó a Ester, la hija adoptiva del Mardoqueo, presentarse en la mansión del rey. (Ester 2, 15)

  • Después, como homenaje a Ester, dio el rey un gran banquete a todos sus ministros y funcionarios, decretó un día feriado para todas las provincias y repartió regalos a manos llenas. (Ester 2, 18)

  • Cuando Ester pasó a vivir en el harén del rey, (Ester 2, 19)

  • Mardoqueo informó de ello a la reina Ester y ésta, a su vez, se lo contó al rey como si fuese un recado de Mardoqueo. Hechas las averiguaciones del caso, se comprobó que era cierta la denuncia. (Ester 2, 22)

  • Sus damas de compañía y sus sirvientes le contaron a Ester lo que estaba haciendo Mardoqueo. Ella se angustió mucho y le mandó a su tío ropas para que se las pusiera en vez del saco. (Ester 4, 4)

  • Le entregó, después, una copia de la condenación a muerte de los judíos, que había sido publicada en Susa, para que se la pasara a Ester y ésta la leyera. También le pedía a Ester que fuera a hablar con el rey para interceder por su pueblo y conseguir la revocación del edicto. «Acuérdate, le decía, de cuando vivías humildemente y de que yo te daba de comer con mi mano. Pues has de saber que Amán, el segundo del reino, le ha pedido al rey que nos condene a muerte. Invoca al Señor, habla por nosotros al rey, líbranos de la muerte.» (Ester 4, 8)

  • Volvió Hatac donde Ester y le contó lo que le había dicho Mardoqueo. (Ester 4, 9)

  • Al leer Mardoqueo la respuesta de Ester, le contestó: (Ester 4, 12)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina