Encontrados 28 resultados para: Flores

  • Labrarás igualmente un candelabro de oro puro. Su pie y su tallo serán de oro macizo; sus capullos y flores formarán cuerpo con él. (Exodo 25, 31)

  • En el mismo candelabro habrá cuatro cálices en forma de flor de almendro con capullos y flores; (Exodo 25, 34)

  • Labró igualmente de oro puro el candelabro. Era de oro macizo su pie y su tallo. Sus cálices y nudos y flores formaban un cuerpo con él. (Exodo 37, 17)

  • En el mismo candelabro había cuatro cálices en forma de flor de almendro con capullos y flores; (Exodo 37, 20)

  • Este candelabro era de oro macizo; desde el pie hasta las flores eran de oro macizo. Hicieron el candelabro según el modelo que Yavé había mostrado a Moisés. (Números 8, 4)

  • Al día siguiente, cuando Moisés entró en la Tienda del Testimonio, la varilla de la tribu de Leví presentada por Aarón había florecido: le habían aparecido yemas, había botones de flores y las almendras habían madurado. (Números 17, 23)

  • En todo el interior, la madera estaba esculpida con figuras de calabazas y guirnaldas de flores. Así, todo era de cedro y no se veía la piedra. (1 Reyes 6, 18)

  • Las paredes de la Casa fueron esculpidas en todo su contorno, con figuras de querubines, de palmas y guirnaldas de flores, tanto en el interior del Lugar Santísimo como en la parte anterior. (1 Reyes 6, 29)

  • Esculpió en ellas figuras de querubines, palmas y guirnaldas de flores, y revistió con oro tanto los querubines como las palmas. (1 Reyes 6, 32)

  • Estas también se esculpieron con querubines, palmas y guirnaldas de flores, y todo se cubrió con láminas de oro. (1 Reyes 6, 35)

  • los candeleros de oro fino, cinco a la derecha y cinco a la izquierda, delante del «Lugar Santísimo»; las flores, las campanas y las despabiladeras de oro (tijeras para arreglar la luz de las velas) ; (1 Reyes 7, 49)

  • las flores, las lámparas y las tijeras para cortar las mechas, todo de oro puro. (2 Crónicas 4, 21)


“O passado não conta mais para o Senhor. O que conta é o presente e estar atento e pronto para reparar o que foi feito.” São Padre Pio de Pietrelcina