Encontrados 59 resultados para: Joás

  • El Angel de Yavé vino y se sentó bajo el árbol sagrado de Ofrá, que pertenecía a Joás, de la familia de Abiezer. Gedeón, el hijo de Joás, estaba limpiando trigo en el lagar para ocultarlo de los madianitas. (Jueces 6, 11)

  • y fueron a decir a Joás: «Entréganos a tu hijo y que muera por haber derribado el altar de Baal y cortado el tronco sagrado.» (Jueces 6, 30)

  • Pero Joás dijo a la gente sublevada: «¿Ustedes son los que van a defender a Baal y lo van a salvar? Si es Dios, que se defienda a sí mismo, ya que le destruyeron su altar.» (Jueces 6, 31)

  • Su vecino le respondió: «Esto no puede significar más que la espada de Gedeón, hijo de Joás, el israelita. Dios ha entregado en sus manos a Madián y a todo el campamento.» (Jueces 7, 14)

  • Después de la batalla, Gedeón, hijo de Joás, volvió por la pendiente de Jarás. (Jueces 8, 13)

  • Murió Gedeón, hijo de Joás, después de una dichosa vejez, y fue enterrado en la tumba de su padre Joás, en Ofrá de Abiezer. (Jueces 8, 32)

  • En el momento que David estaba cansado, se presentó Dodó, hijo de Joás, descendiente de Rafá, quien tenía una lanza de bronce que pesaba tres kilos y medio, además de su espada nueva. Este trató de matar a David. (2 Samuel 21, 16)

  • Entonces el rey de Israel ordenó: «Tomen preso a Miqueas y llévenselo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey, (1 Reyes 22, 26)

  • Pero Josaba, hermana de Ocozías, tomó a Joás, su sobrino, y lo sacó de entre los hijos del rey a los que estaban matando, y lo puso con su nodriza, en el dormitorio. Así lo ocultó a la vista de Atalía y el niño se salvó. (2 Reyes 11, 2)

  • Joás estuvo seis años escondido en la Casa de Yavé, mientras Atalía reinaba en el país. (2 Reyes 11, 3)

  • dos secciones de ellos guardarán la Casa de Yavé en torno al rey Joás. (2 Reyes 11, 7)

  • Después Joyada puso centinelas en la Casa de Yavé; encabezó a los oficiales, a los guardias del rey, a los guardias carios y a los ciudadanos que acompañaban al rey hasta el palacio. Allí entraron por la Puerta de la Guardia y el rey Joás se sentó en el trono real. (2 Reyes 11, 19)


“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina