Encontrados 611 resultados para: Mano

  • Después el sacerdote tomará sangre de la víctima de reparación y mojará el lóbulo de la oreja derecha del que se está purificando, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho. (Levítico 14, 14)

  • Y, tomando el cuartillo de aceite, el sacerdote echará parte del aceite en la palma de su mano izquierda. (Levítico 14, 15)

  • Después untará el dedo de su mano derecha en el aceite que tiene en su mano izquierda, y con su dedo hará siete aspersiones de aceite delante de Yavé. (Levítico 14, 16)

  • Con el aceite restante que tiene en su mano, el sacerdote untará el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho, sobre la sangre de la víctima de reparación. (Levítico 14, 17)

  • Y el aceite que quede en la mano del sacerdote, lo echará sobre la cabeza del que se purifica haciendo en esta forma la expiación por él ante Yavé. (Levítico 14, 18)

  • Después de haber sacrificado el cordero del sacrificio por el delito, el sacerdote tomará sangre de la víctima de reparación y mojará el lóbulo de la ore ja derecha del que se purifica y el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho. (Levítico 14, 25)

  • Luego derramará parte del aceite sobre la palma de su mano izquierda; (Levítico 14, 26)

  • con un dedo de su mano derecha hará ante Yavé siete aspersiones con el aceite que tiene en la palma de la mano izquierda; (Levítico 14, 27)

  • untará con el aceite que tiene en su mano el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el del pie derecho, en el lugar donde puso la sangre de la víctima por el delito. (Levítico 14, 28)

  • Derramará el resto del aceite que le quede en la mano sobre la cabeza del que se purifica, haciendo reparación por él ante Yavé. (Levítico 14, 29)

  • o un hombre que tenga fracturado un pie o una mano, (Levítico 21, 19)

  • ni tampoco recibirán de mano de extranjeros alguna de estas víctimas para ofrecerla como alimento del Dios de ustedes, porque dicha mutilación es un defecto, y con esto no será aceptada.» (Levítico 22, 25)


“Sigamos o caminho que nos conduz a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina