Encontrados 28 resultados para: Recuerda

  • Recuerda que ustedes se rebelaron contra mis órdenes en el desierto de Zin, cuando la comunidad murmuró por el asunto del agua, y a ustedes les mandé que manifestaran mi santidad delante de ellos.» (Estas son las aguas de Meribá en Cadés en el desierto de Zin.) (Números 27, 14)

  • Recuerda que fuiste esclavo en Egipto y que Yavé, tu Dios, te rescató. Por eso te mando hacer esto. (Deuteronomio 24, 18)

  • Acuérdate de los días pasados, recuerda las generaciones anteriores. Interroga a tu padre, que te cuente, a tus ancianos, que te expliquen. (Deuteronomio 32, 7)

  • El rey prosiguió: «Recuerda todo el mal que hiciste a mi padre David: Yavé hace ahora que tu maldad recaiga sobre ti. (1 Reyes 2, 44)

  • Jehú dijo a su escudero Bidqar: «Tómalo y tira el cadáver en el campo de Nabot de Jezrael; porque recuerda que cuando servíamos juntos en la caballería de su padre, Ajab, Yavé pronunció contra él esta sentencia: (2 Reyes 9, 25)

  • Recuerda eternamente su alianza, la promesa que hizo a tantas generaciones. (1 Crónicas 16, 15)

  • Hijo mío, guárdate de toda impureza y elige por esposa a una mujer de la raza de tus padres. No te cases con mujer extranjera, pues somos hijos de profetas. Recuerda que nuestros padres Noé, Abraham, Isaac y Jacob se casaron con mujeres de su parentela y fueron bendecidos en sus hijos, de modo que su descendencia heredó la tierra. (Tobías 4, 12)

  • Bendice en todo momento al Señor Dios y pídele que tus caminos sean rectos y tus proyectos favorables, porque no todas las naciones tienen la verdadera sabiduría. Es el Señor el que da todos los bienes y, si quiere, humilla hasta lo profundo del infierno. Recuerda, hijo, todos estos mandatos y no permitas que se borren de tu corazón. (Tobías 4, 19)

  • Recuerda, pues, ¿cuándo ha perecido un inocente, dónde se ha visto que los buenos desaparezcan? (Job 4, 7)

  • Recuerda que mi vida es un soplo, y que mis ojos no verán más la felicidad. (Job 7, 7)

  • El seno que lo formó se olvida de él, y su nombre no se recuerda más: la maldad ya no es más que un árbol cortado. (Job 24, 20)

  • Recuerda, Señor, lo que es nuestra existencia, y para qué nada hiciste a los humanos. (Salmos 89, 48)


“Não sejamos mesquinhos com Deus que tanto nos enriquece.” São Padre Pio de Pietrelcina