Encontrados 61 resultados para: Salido

  • y también con todos los seres vivientes que están con ustedes: aves, animales domésticos, y fieras salvajes, en una palabra, con todas las bestias de la tierra que han salido del arca. (Génesis 9, 10)

  • El sol ya había salido cuando Lot entró en Soar. (Génesis 19, 23)

  • Apenas Isaac había terminado de bendecirle, y Jacob había salido de la pieza de su padre, cuando llegó Esaú, su hermano, con el producto de su caza. (Génesis 27, 30)

  • Aprovechando que Labán había salido a esquilar su rebaño, Raquel robó los ídolos familiares que su padre tenía en casa. (Génesis 31, 19)

  • Y el otro le dijo: «En adelante ya no te llamarás Jacob, sino Israel, o sea Fuerza de Dios, porque has luchado con Dios y con los hombres y has salido vencedor.» (Génesis 32, 29)

  • Habían salido ya de la ciudad y se encontraban aún a poca distancia, cuando José dijo a su mayordomo: «Corre detrás de esos hombres, y cuando los alcances, les dirás: ¿Por qué han devuelto mal por bien? (Génesis 44, 4)

  • Y precisamente ha salido de viaje en busca tuya y, al verte, se alegrará mucho. Tú le hablarás y se lo enseñarás de memoria, (Exodo 4, 15)

  • Ellos dijeron: «El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro. Permite que vayamos al desierto a tres días de camino. Allá ofreceremos sacrificios a Yavé, nuestro Dios, no sea que nos castigue con peste o espada.» (Exodo 5, 3)

  • Comieron panes sin levadura, tomando de la masa que habían sacado de Egipto. Pues habían salido con tanta prisa que no les alcanzó el tiempo para echarle levadura y hacer panes. (Exodo 12, 39)

  • Habían salido de Refidim, y llegaban al desierto de Sinaí donde acamparon. Los israelitas establecieron su campamento frente al monte, (Exodo 19, 2)

  • Mas si lo hace ya salido el sol, se le culpará. (Exodo 22, 2)

  • Se apartaron entonces (de las tiendas de Coré, Datán y Abirón;) mientras tanto Datán y Abirón habían salido a la entrada de su tienda junto con sus mujeres, sus hijos y sus pequeñuelos. (Números 16, 27)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina