Encontrados 14 resultados para: Votos

  • Estos son los sacrificios que ofrecerán a Yavé en las solemnidades. Se les añadirán sus ofrendas por votos y espontáneas, sus holocaustos, oblaciones, libaciones y sacrificios de comunión.» (Números 29, 39)

  • Pero si su padre, el mismo día en que se entera de cualquiera de sus votos o de los compromisos que ha contraído, lo desaprueba, no serán válidos. Yavé no se lo tomará en cuenta, pues su padre lo ha desaprobado. (Números 30, 6)

  • Si su marido, al enterarse, no le dice nada, los votos y compromisos que ha contraído serán válidos. (Números 30, 8)

  • Pero si su marido, el mismo día en que se entera, desaprueba los votos o promesas que hizo y los anula, Yavé no se lo tomará en cuenta. (Números 30, 9)

  • Pero si no haces votos, no cometes pecado alguno. (Deuteronomio 23, 23)

  • Pues tú, oh Dios, escuchaste mis votos; cumples el deseo de los que temen tu nombre. (Salmos 61, 6)

  • Llegaré hasta tu Casa con holocaustos, y te cumpliré mis votos, (Salmos 66, 13)

  • ¡Hagan votos al Señor, al Dios de ustedes, y vengan de todas partes a cumplirlos, traigan ofrendas para el Dios terrible! (Salmos 76, 12)

  • Así Yavé se dará a conocer a los egipcios y éstos, al conocerlo, le honrarán con sacrificios y ofrendas. Harán votos a Yavé y los cumplirán. (Isaías 19, 21)

  • ¿Qué viene a hacer mi amada en mi Casa? ¡Su manera de actuar es pura viveza! ¿Crees que los votos y las carnes consagradas te limpiarán de tu maldad o que te podré purificar por todo eso? (Jeremías 11, 15)

  • Ustedes, mujeres, piensan que tienen la obligación de cumplir los votos que han hecho, y dicen: «Tenemos que cumplir fielmente la proomesa que hemos hecho de ofrecer incienso a la reina del cielo y derramar vino en su honor.» ¡Muy bien! ¡Cumplan sus mandas, derramen su vino! (Jeremías 44, 25)

  • Aquellos hombres temieron a Yavé y con gran respeto le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos. (Jonás 1, 16)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina