Encontrados 352 resultados para: desierto

  • Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, según dice la Escritura: Se les dio a comer pan del cielo.» (Evangelio según San Juan 6, 31)

  • Sus antepasados comieron el maná en el desierto, pero murieron: (Evangelio según San Juan 6, 49)

  • Jesús ya no podía moverse libremente como quería entre los judíos. Se retiró, pues, a la región cercana al desierto y se quedó con sus discípulos en una ciudad llamada Efraín. (Evangelio según San Juan 11, 54)

  • Pasados cuarenta años se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí en la llama de una zarza que ardía. (Hecho de los Apóstoles 7, 30)

  • Y los hizo salir de aquel país, realizando prodigios y señales en Egipto, en el mar Rojo y en el desierto durante cuarenta años. (Hecho de los Apóstoles 7, 36)

  • Este es el que estaba con nuestros padres en la asamblea del desierto, con el ángel que le hablaba en el Monte Sinaí, y el que recibió las palabras de vida para comunicárselas a ustedes. (Hecho de los Apóstoles 7, 38)

  • Entonces Dios se apartó de ellos y dejó que adoraran a los astros del cielo, como está escrito en el Libro de los Profetas: "¿Acaso me ofrecieron ustedes víctimas y sacrificios durante cuarenta años en el desierto? (Hecho de los Apóstoles 7, 42)

  • Nuestros padres tenían en el desierto la Tienda del Testimonio; el que hablaba a Moisés le había ordenado que la fabricara según el modelo que había visto. (Hecho de los Apóstoles 7, 44)

  • y durante unos cuarenta años los llevó por el desierto. (Hecho de los Apóstoles 13, 18)

  • ¿No eres, entonces, el egipcio que últimamente se rebeló y llevó al desierto a cuatro mil terroristas?» (Hecho de los Apóstoles 21, 38)

  • Sin embargo, la mayoría de ellos no agradaron a Dios y sus cuerpos quedaron en el desierto. (1º Carta a los Corintios 10, 5)

  • no endurezcan su corazón como ocurrió en el día amargo, el día de la tentación en el desierto, (Carta a los Hebreos 3, 8)


“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina