Encontrados 31 resultados para: humanos

  • El que en el campo toque a alguien que haya muerto, o huesos humanos o una tumba, quedará impuro durante siete días. (Números 19, 16)

  • El profeta gritó hacia el altar en nombre de Yavé: «Altar, altar, en la familia de David va a nacer un niño cuyo nombre será Josías. El matará sobre este altar a los sacerdotes que quemaron incienso en él. Y manchará el altar quemando sobre él huesos humanos.» (1 Reyes 13, 2)

  • El rey rompió las imágenes de los falsos dioses, cortó los troncos sagrados, y los lugares en donde se encontraban fueron llenados de huesos humanos para hacerlos impuros. (2 Reyes 23, 14)

  • Degolló sobre los altares a todos los sacerdotes de los santuarios de las lomas que se encontraban allí, y quemó sobre los altares huesos humanos. Luego se volvió a Jerusalén. (2 Reyes 23, 20)

  • ¿Tienes tú ojos humanos? ¿Ves como un hombre? (Job 10, 4)

  • Un pueblo extranjero abre galerías en lo recóondito donde nadie ha penetrado, y se suspenden y balancean lejos de los humanos. (Job 28, 4)

  • En sueños, en visión nocturna, cuando desciende el sueño sobre los hombres, mientras los humanos duermen en su cama, (Job 33, 15)

  • Recuerda, Señor, lo que es nuestra existencia, y para qué nada hiciste a los humanos. (Salmos 89, 48)

  • "¡A Ustedes, humanos, me dirijo, lanzo un llamado a los hijos de los hombres! (Proverbios 8, 4)

  • Me entretengo con este mundo, con la tierra que ha hecho, y mi gusto más grande es estar con los humanos. (Proverbios 8, 31)

  • Pero, incluso con estos antiguos habitantes, diste muestra de moderación porque eran seres humanos. Les enviaste, como vanguardia de tu ejército, avispas para que los destruyeran poco a poco. (Sabiduría 12, 8)

  • Una preocupación mayor ha sido impuesta a los seres humanos, una pesada carga agobia a los hijos de Adán desde el día en que salen del seno de su madre hasta aquel en que vuelven a la madre universal. (Sirácides (Eclesiástico) 40, 1)


“Nossa Senhora recebeu pela inefável bondade de Jesus a força de suportar até o fim as provações do seu amor. Que você também possa encontrar a força de perseverar com o Senhor até o Calvário!” São Padre Pio de Pietrelcina