Encontrados 127 resultados para: justos

  • Pero todos son reformados y hechos justos gratuitamente y por pura bondad, mediante la redención realizada en Cristo Jesús. (Carta a los Romanos 3, 24)

  • Dios lo puso como la víctima cuya sangre nos consigue el perdón, y esto es obra de fe. Así demuestra Dios cómo nos hace justos, perdonando los pecados del pasado (Carta a los Romanos 3, 25)

  • que había soportado en aquel tiempo; y demuestra también cómo nos reforma en el tiempo presente: él, que es justo, nos hace justos y santos por la fe propia de Jesús. (Carta a los Romanos 3, 26)

  • Por el contrario, al que no puede presentar obras, pero cree en Aquel que hace justos a los pecadores, se le toma en cuenta su fe para hacerlo justo. (Carta a los Romanos 4, 5)

  • Así David felicita al que Dios cuenta entre los justos sin que sea el fruto de sus obras: (Carta a los Romanos 4, 6)

  • Esta felicidad, ¿está reservada sólo para los circuncidados o es también para los incircuncisos? Acabamos de decir que se tomó en cuenta la fe de Abrahán para contarlo entre los justos. (Carta a los Romanos 4, 9)

  • Justamente recibió el rito de la circuncisión, cuando aún no estaba circuncidado, como un sello o como una señal de que por su fe Dios lo había puesto en un estado de justicia. De manera que Abrahán es el padre de todos los que creen sin haber sido circuncidados, y Dios se lo toma en cuenta para hacerlos justos y santos. (Carta a los Romanos 4, 11)

  • Con mucha más razón ahora nos salvará del castigo si, por su sangre, hemos sido hechos justos y santos. (Carta a los Romanos 5, 9)

  • Así, pues, a los que él eligió, los llamó; a los que llamó, los hizo justos y santos; a los que hizo justos y santos, les da la Gloria. (Carta a los Romanos 8, 30)

  • ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios mismo los declara justos. (Carta a los Romanos 8, 33)

  • Sin embargo hemos reconocido que las personas no son justas como Dios las quiere por haber observado la Ley, sino por la fe en Cristo Jesús. Por eso hemos creído en Cristo Jesús, para ser hechos justos a partir de la fe en Cristo Jesús, y no por las prácticas de la Ley. Porque el cumplimiento de la Ley no hará nunca de ningún mortal una persona justa según Dios. (Carta a los Gálatas 2, 16)

  • La Ley nos conducía al maestro, a Cristo, para que creyéramos, y así fuéramos justos. (Carta a los Gálatas 3, 24)


“Quando Jesus vem a nós na santa comunhão, encontra alegria em Sua criatura. Por nossa parte, procuremos Nele a nossa alegria.” São Padre Pio de Pietrelcina