Encontrados 131 resultados para: malo

  • pero el espíritu malo les contestó: «Conozco a Jesús y sé quién es Pablo; pero ustedes, ¿quiénes son?» (Hecho de los Apóstoles 19, 15)

  • Y el hombre que tenía el espíritu malo se lanzó sobre ellos, los sujetó a ambos y los maltrató de tal manera que huyeron de la casa desnudos y malheridos. (Hecho de los Apóstoles 19, 16)

  • Se armó, pues, un enorme griterío. Algunos maestros de la Ley que eran del partido de los fariseos se pusieron en pie, afirmando: «Nosotros no hallamos nada malo en este hombre. Tal vez le haya hablado un espíritu o un ángel.» (Hecho de los Apóstoles 23, 9)

  • Ya que juzgaron inútil conocer a Dios, Dios a su vez los abandonó a los errores de su propio juicio, de tal modo que hacen absolutamente todo lo que es malo. (Carta a los Romanos 1, 28)

  • y calumnias. Desafían a Dios, son altaneros, orgullosos, farsantes, hábiles para lo malo y no obedecen a sus padres. (Carta a los Romanos 1, 30)

  • El amor no hace nada malo al prójimo; el amor, pues, es la manera de cumplir la Ley. (Carta a los Romanos 13, 10)

  • No destruyas la obra de Dios por cuestión de alimentos; si bien todos son puros, es malo comerlos cuando la conciencia te reprocha. (Carta a los Romanos 14, 20)

  • No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. (1º Carta a los Corintios 13, 5)

  • Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas. (Carta a los Efesios 6, 13)

  • A los adultos se les da el alimento sólido, pues han adquirido la sensibilidad interior y son capaces de distinguir lo bueno y lo malo. (Carta a los Hebreos 5, 14)

  • Hermano muy querido, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace el bien es de Dios. El que hace el mal no ha visto a Dios. (3º Carta de Juan 1, 11)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina