Encontrados 139 resultados para: niño

  • Helí bendecía a Elcaná y a su esposa, diciendo: «Que Yavé te conceda otros hijos de esta tu esposa a cambio del niño que ella ha ofrecido.» Y ellos regresaban a su casa. (1 Samuel 2, 20)

  • Yavé permitió que Ana tuviese tres hijos y dos hijas más. Mientras tanto, el niño Samuel seguía creciendo en presencia de Yavé. (1 Samuel 2, 21)

  • Entre tanto, el niño Samuel iba creciendo tanto ante Yavé como ante los hombres. (1 Samuel 2, 26)

  • El niño Samuel estaba al servicio de Yavé y vivía junto a Helí. En aquel tiempo raras veces se oía la palabra de Yavé. Las visiones no eran frecuentes. (1 Samuel 3, 1)

  • Estando por morir, las que le asistían le dijeron: «Animo, que es un niño»; pero ella estaba inconsciente y no respondió. (1 Samuel 4, 20)

  • Le puso al niño el nombre de Icabod, o sea «Desapareció la gloria», aludiendo a la captura del Arca de Dios y a la muerte de Helí y de su marido. (1 Samuel 4, 21)

  • Los que lo conocían desde niño, cuando lo vieron cantando con los profetas, se decían entre sí: «¿Qué le ha pasado al hijo de Quis? ¿También Saúl está profetizando?» (1 Samuel 10, 11)

  • Yavé hizo que enfermara grave mente el niño que la mujer de Urías ha bía dado a luz, y estuvo muy mal. (2 Samuel 12, 15)

  • David rogó a Dios por el niño, ayunó rigu rosamente y, cuando volvía a su casa, se acostaba en el suelo. (2 Samuel 12, 16)

  • Cuando el niño murió, al séptimo día, todos temieron darle la noticia, pues decían: «Cuando aún vivía el niño no hacía caso de nuestros consejos; ¿qué disparate no hará si le decimos que murió el niño?» (2 Samuel 12, 18)

  • Pero, por sus cuchicheos, David comprendió que su hijo había muerto. Preguntó, pues: «¿Ha muerto el niño?» Y ellos le respondieron: «Ha muerto.» (2 Samuel 12, 19)

  • Sus oficiales le dijeron: «¿Qué es lo que haces? Cuando el niño vivía, ayunabas y llorabas, ¿y ahora que ha muerto, te levantas y comes?» (2 Samuel 12, 21)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina