Encontrados 367 resultados para: noche

  • La noche va muy avanzada y está cerca el día: dejemos, pues, las obras propias de la oscuridad y revistámonos de una coraza de luz. (Carta a los Romanos 13, 12)

  • Yo he recibido del Señor lo que a mi vez les he transmitido. El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan (1º Carta a los Corintios 11, 23)

  • tres veces fui apaleado; una vez fui apedreado; tres veces naufragué; y una vez pasé un día y una noche perdido en alta mar. (2º Carta a los Corintios 11, 25)

  • Recuerden, hermanos, nuestros trabajos y fatigas. Mientras les predicábamos el Evangelio de Dios, trabajábamos noche y día para no ser una carga para ninguno. (1º Carta a los Tesalonicenses 2, 9)

  • Noche y día le pedimos con la mayor insistencia que nos permita volver a verlos y completar lo que todavía falta a su fe. (1º Carta a los Tesalonicenses 3, 10)

  • pues saben perfectamente que el día del Señor llega como un ladrón en plena noche. (1º Carta a los Tesalonicenses 5, 2)

  • Todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día: no somos de la noche ni de las tinieblas. (1º Carta a los Tesalonicenses 5, 5)

  • A los que les gusta la cama duermen en la noche, y a los que les gusta tomar se emborrachan en la noche. (1º Carta a los Tesalonicenses 5, 7)

  • No pedimos a nadie un pan que no hubiéramos ganado, sino que trabajamos duramente noche y día hasta cansarnos, para no ser una carga para ninguno. (2º Carta a los Tesalonicenses 3, 8)

  • La verdadera viuda es la que se queda sola, habiendo puesto en Dios su esperanza, y se dedica día y noche a la oración y a las súplicas. (1º Carta a Timoteo 5, 5)

  • Doy gracias a Dios, a quien sirvo con conciencia limpia como mis antepasados, cuando constantemente te recuerdo en mis oraciones noche y día. (2º Carta a Timoteo 1, 3)

  • Cada uno de los cuatro Seres Vivientes tiene seis alas llenas de ojos alrededor y por dentro, y no cesan de repetir día y noche: Santo, santo, santo, es el Señor Dios, el Todopoderoso, Aquel que era, que es y que viene. (Apocalipsis 4, 8)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina