Encontrados 96 resultados para: quiso

  • Ese profeta o soñador debe morir porque habló de traicionar a Yavé, tu Dios, que te sacó del país de Egipto y te rescató de la casa de la esclavitud. Debe morir porque quiso desviarte del camino que Yavé te ha ordenado seguir. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti. (Deuteronomio 13, 6)

  • Pero el levita no quiso pasar allí la noche; se levantó, partió y llegó frente a Jebús, o sea, Jerusalén. Llevaba consigo los dos burros cargados, su concubina y su criado. (Jueces 19, 10)

  • Viendo Noemí que Rut se mantenía firme en su decisión, no quiso insistirle más. (Rut 1, 18)

  • El pueblo no quiso escuchar a Samuel y dijo: «¡No! Tendremos un rey y nosotros seremos también como los demás pueblos: (1 Samuel 8, 19)

  • Pero Asael no quiso apartarse. Abner repitió a Asael: «Apártate de mí para que no te mate. Pues, ¿cómo podría después reconciliarme con tu hermano Joab?» (2 Samuel 2, 22)

  • Pero Asael no quiso apartarse, y Abner le atravesó el vientre con la lanza, que salió por la espalda. Allí mismo cayó y murió. Todos los que pasaban se detenían en el lugar donde Asael había caído muerto. (2 Samuel 2, 23)

  • Y no quiso llevar consigo el Arca a la ciudad de David, sino que la hizo transportar a casa de Obededom de Gat. (2 Samuel 6, 10)

  • Luego tomó la sartén, las frió y se las presentó, pero Amnón no quiso comerlas. Y dijo: «Que se retiren todos.» Todos salieron de allí. (2 Samuel 13, 9)

  • Pero él no quiso escucharla, sino que la agarró por la fuerza y la violó. (2 Samuel 13, 14)

  • Cuando el rey David supo toda esta historia, se enojó en extremo, pero no quiso castigar a su hijo Amnón, pues era su preferido por ser el mayor. (2 Samuel 13, 21)

  • Dos años más tarde, tenía Absalón la esquila de sus ovejas en Baal-Jasor, y quiso convidar a todos los hijos del rey. (2 Samuel 13, 23)

  • Pero el rey le respondió: «No, hijo mío, no es necesario que vayamos todos; eso va a ser mucha molestia para ti.» Absalón insistió, pero él no quiso ir, y lo bendijo. (2 Samuel 13, 25)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina