Encontrados 76 resultados para: rebaños

  • Era extremadamente hermosa. Su marido le había dejado muchas riquezas, familia numerosa y posesiones llenas de rebaños de vacas y de ovejas, quedando ella como dueña. (Judit 8, 7)

  • ¿No lo has rodeado de un cerco de protección a él, a su familia y a todo cuanto tiene? Has bendecido el trabajo de sus manos y sus rebaños hormiguean por el país. (Job 1, 10)

  • Los malvados cambian los linderos, llevan a pastar rebaños robados. (Job 24, 2)

  • Su trueno lo anuncia a los pastores, y los rebaños sienten la tempestad inminente. (Job 36, 33)

  • sus praderas se visten de rebaños y los valles se cubren de trigales, ¡ellos aclaman, o mejor ellos cantan! (Salmos 65, 14)

  • Dejó sus rebaños a merced del granizo y el rayo tumbó sus ganados. (Salmos 78, 48)

  • Compré esclavos, hombres y mujeres, y otros me nacieron en mi casa. Tuve rebaños de ganado mayor y de ganado menor, mucho más que cualquiera antes de mí en Jerusalén. (Eclesiastés (Qohelet) 2, 7)

  • Dime, Amado de mi alma, ¿a dónde llevas a pastar tu rebaño, dónde lo llevas a descansar a mediodía, para que yo no ande como vagabunda detrás de los rebaños de tus compañeros? Coro: (Cantar 1, 7)

  • ¿Tienes rebaños? Cuídalos. Si te dan ganancias, no te deshagas de ellos. (Sirácides (Eclesiástico) 7, 22)

  • Nunca más, en adelante, será poblada o habitada. Ni el árabe acampará allí ni los pastores descansarán allí con sus rebaños. (Isaías 13, 20)

  • Las ciudades de Aror, abandonadas, han sido tomadas por los rebaños, que allí se tienden sin que nadie los espante. (Isaías 17, 2)

  • El palacio está abandonado, la ciudad bulliciosa está solitaria; el ofel y la torre de guardia han sido convertidos en ruinas para siempre; serán, en adelante, unos lugares donde gocen los burros salvajes o donde pasten los rebaños. (Isaías 32, 14)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina