Encontrados 22 resultados para: refugiarse

  • Si causó la muerte del otro sin intención de matarlo, solamente porque Yavé dispuso así el accidente, tendrá que refugiarse en el lugar que yo te señalaré. (Exodo 21, 13)

  • para que allí se refugiara el que involuntariamente diera muerte a su prójimo, siempre que no hubiese sido antes su enemigo. Con refugiarse en una de esas ciudades estaría a salvo. (Deuteronomio 4, 42)

  • Tendrás libre y franco el camino de acceso a ellas y dividirás en tres partes el territorio que Yavé, tu Dios, te da en posesión: esto para que todo el que haya dado muerte a un hombre pueda refugiarse en esas ciudades. (Deuteronomio 19, 3)

  • Mira en qué caso el que dio muerte a un hombre podrá refugiarse allí para salvarse: si hirió involuntariamente a su hermano al que no tenía odio. (Deuteronomio 19, 4)

  • «Mi padre era un arameo errante, que bajó a Egipto y fue a refugiarse allí, siendo pocos aún; pero en ese país se hizo una nación grande y poderosa. Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron dura servidumbre. (Deuteronomio 26, 6)

  • «Di a los hijos de Israel que designen ciudades para los que tienen que refugiarse según les indiqué por medio de Moisés. (Josué 20, 2)

  • Estas ciudades servirán de asilo a todo el que mate a un hombre involuntariamente; ahí podrán refugiarse para escapar a la venganza del pariente del difunto. (Josué 20, 3)

  • Absalón, por su parte, había ido a refugiarse en casa de Talmay, hijo de Amijur, rey de Guesur, donde permaneció tres años. (2 Samuel 13, 37)

  • Adonías, temiendo que Salomón le hiciera algo, fue a refugiarse al lado del altar. (1 Reyes 1, 50)

  • Pero, al cabo de tres años, dos de los esclavos de Semeí fueron a refugiarse al territorio de Aquís, hijo de Maaca, rey de Gat. Se lo avisaron a Semeí: «Tus esclavos están en Gat.» (1 Reyes 2, 39)

  • Entonces el rey envió a Adoniram, mayordomo de los trabajadores reclutados por el rey, pero los hombres de Israel le tiraron piedras hasta que murió. El propio Roboam tuvo que subirse a su carro para ir a refugiarse a Jerusalén. (1 Reyes 12, 18)

  • Al ver esto Ocozías, rey de Judá, huyó por el camino de Bet-Hagan. Jehú partió en su persecución, gritando: «Mátenlo también a él.» Lo hirieron en su carro en la cuesta de Gur, cerca de Jibleam; alcanzó a refugiarse en Meguido y allí murió. (2 Reyes 9, 27)


“Como é belo esperar!” São Padre Pio de Pietrelcina