Encontrados 43 resultados para: regalo

  • «No, señor mío, escúchame: yo te regalo el campo y también la cueva que hay en él. En presencia de los hijos de mi pueblo te la doy. Sepulta allí a tu difunta.» (Génesis 23, 11)

  • Y dijo: «Me ha hecho Dios un buen regalo. Ahora mi marido cohabitará conmigo, porque le he dado seis hijos.» Y le llamó Zabulón. (Génesis 30, 20)

  • Y pasó allí aquella noche. Echó mano a lo que traía consigo para enviar un regalo a su hermano Esaú: (Génesis 32, 14)

  • le contestarás: «Todo pertenece a tu siervo Jacob, y todo es un regalo que él envía a mi señor Esaú. Él mismo viene detrás de nosotros.» (Génesis 32, 19)

  • Pero Jacob contestó: «No, por favor. Si realmente me quieres, acepta el regalo que te ofrezco, pues me he presentado ante ti como ante Dios, y tú me has acogido. (Génesis 33, 10)

  • Acepta, pues, el regalo que te he traído, ya que Dios me ha favorecido, y tengo de todo.» Jacob insistió tanto, que Esaú aceptó. (Génesis 33, 11)

  • Israel, su padre, les dijo: «Ya que no queda más remedio, hagan lo siguiente. Échen en sus bolsas algo de los productos del país: tragacanto, miel, goma, láudano, pistacho y almendras, y llévenselo como regalo a ese hombre. (Génesis 43, 11)

  • Ellos prepararon el regalo y esperaron a que José llegara al mediodía, porque habían oído decir que comería allí. (Génesis 43, 25)

  • Al entrar José en la casa, le ofrecieron el regalo y lo saludaron inclinándose hasta el suelo. (Génesis 43, 26)

  • A cada uno le regaló un vestido, pero a Benjamín le regaló trescientas monedas de plata y cinco vestidos. (Génesis 45, 22)

  • Sea cual fuere el voto que hayas hecho, no llevarás a la casa de Yavé, tu Dios, regalo de prostitutas, ni salario de perro, o sea, prostituto, porque ambas cosas son abominables a los ojos de Yavé. (Deuteronomio 23, 19)

  • Pero, como clamaron a Yavé, él les dio un libertador, Ehud, hijo de Guerá, de la tribu de Benjamín, que era zurdo.Los israelitas le encargaron llevar un regalo a Eglón, rey de Moab. (Jueces 3, 15)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina