Encontrados 429 resultados para: reino

  • Judá e Israel vivieron seguros y en paz, cada uno bajo su parra y su higuera, desde Dan hasta Bersebá, todo el tiempo que reinó Salomón. (1 Reyes 4, 25)

  • más doce leones parados sobre las seis gradas, a uno y otro lado. No se hizo cosa parecida en ningún otro reino. (1 Reyes 10, 20)

  • Entonces Yavé dijo a Salomón: «No has guardado mi Alianza, ni los preceptos que te había ordenado. Por esto te quitaré una parte de tu reino y se la daré a un servidor tuyo. (1 Reyes 11, 11)

  • Además no le quitaré todo el reino, sino que le dejaré una tribu en atención a David, mi siervo, y a Jerusalén, la ciudad que elegí para mí.» (1 Reyes 11, 13)

  • y dijo a Jeroboam: «Tómate diez pedazos porque así dice Yavé, Dios de Israel: Voy a dividir el reino de Salomón. (1 Reyes 11, 31)

  • No le quitaré todo el reino e incluso lo mantendré como rey hasta el fin de su vida, en atención a David, mi siervo, a quien elegí y que guardó mis mandatos y preceptos. (1 Reyes 11, 34)

  • Pero sí tomaré el reino de manos de su hijo y te daré las diez tribus. 36A su hijo, sin embargo, le guardaré una tribu, pues quiero que mi servidor David tenga siempre su lámpara encendida en mi presencia en Jerusalén, la ciudad que yo elegí para poner en ella mi Nombre. (1 Reyes 11, 35)

  • El tiempo que reinó en Jerusalén sobre todo Israel fue de cuarenta años. (1 Reyes 11, 42)

  • Jeroboam pensó: «El reino podría muy bien volver otra vez a los descendientes de David. (1 Reyes 12, 26)

  • Si este pueblo continúa yendo a Jerusalén para ofrecer sus sacrificios en la Casa de Yavé, se reconciliarán con su señor Roboam, rey de Judá. Entonces me matarán y mi reino volverá a Roboam.» (1 Reyes 12, 27)

  • quité este reino a los hijos de David para dártelo, pero tú no has imitado a mi siervo David. El ha cumplido mis mandamientos y me ha servido con todo su corazón, haciendo lo que me agrada, (1 Reyes 14, 8)

  • Volvamos al reinado de Roboam, hijo de Salomón, en el país de Judá. Tenía cuarenta y dos años cuando comenzó a reinar y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que había elegido Yavé entre todas las tribus de Israel para poner en ella su nombre. Su madre, Naamá, era amonita. (1 Reyes 14, 21)


“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina