Encontrados 24 resultados para: sala

  • Samuel tomó a Saúl y a su muchacho, los invitó a entrar en la sala y los hizo sentarse en la cabecera de la mesa, donde había treinta personas. (1 Samuel 9, 22)

  • Cuando el rey entraba en la Casa de Yavé, la guardia los usaba y después los devolvía a la sala de guardia. (1 Reyes 14, 28)

  • A Supim y a Josá, el occidente, junto a la puerta de la sala en el camino de la subida, correspondiéndose un puesto de guardia con el otro. (1 Crónicas 26, 16)

  • Revistió la sala grande de madera de ciprés y la recubrió de oro fino, haciendo esculpir en ella palmas y cadenillas. (2 Crónicas 3, 5)

  • Construyó también la sala del Lugar Santísimo, cuya longitud, correspondiente al ancho de la Casa, era de veinte codos y su anchura igualmente de veinte codos. Lo revistió de oro puro, por seiscientos talentos. (2 Crónicas 3, 8)

  • En el interior de la sala del Lugar Santísimo hizo los querubines de metal forjado, que revistió de oro. (2 Crónicas 3, 10)

  • Las alas de los querubines se extendían por todo el largo, es decir, veinte codos. Cada ala tenía cinco codos; una tocaba la pared de la sala; la otra tocaba el ala del otro querubín. (2 Crónicas 3, 11)

  • El ala del segundo querubín era de cinco codos y tocaba la pared de la sala; la otra ala tenía también cinco codos y estaba pegada con el ala del primer querubín. (2 Crónicas 3, 12)

  • Delante de la sala hizo dos columnas de treinta y cinco codos de alto. El capitel que las coronaba tenía cinco codos. (2 Crónicas 3, 15)

  • Cuando el rey iba a la Casa de Yavé, los hombres de la guardia los llevaban, y después los devolvían a la sala de la guardia. (2 Crónicas 12, 11)

  • Después de la cena hablaron de acostarse y acompañaron al joven de la sala donde había comido a su habitación. (Tobías 8, 1)

  • Ezequías estuvo tan contento que enseñó a los mensajeros la sala del tesoro, con la plata, el oro, los perfumes, los aceites aromáticos, como también su arsenal y todo lo que había en sus bodegas. Nada quedó de su palacio y de sus dependencias que no se lo mostrase Ezequías. (Isaías 39, 2)


“Esforce-se, mesmo se for um pouco, mas sempre…” São Padre Pio de Pietrelcina