Encontrados 37 resultados para: valiente

  • Hemos oído de ti que eres hombre valiente y muy digno de ser amigo nuestro. (1 Macabeos 10, 19)

  • Dositeo, jinete de las tropas de Bacenor, hombre muy valiente, agarró a Gorgias por su capa y lo traía con fuerza porque quería capturar vivo a aquel criminal; pero un jinete tracio se echó sobre él y le partió el hombro, así que Gorgias pudo huir hacia Marisá. (2 Macabeos 12, 35)

  • y rezaron al Señor para que perdonara totalmente ese pecado a sus compañeros muertos. El valiente Judas exhortó a sus hombres a que evitaran en adelante tales pecados, pues acababan de ver con sus propios ojos lo que sucedía a los que habían pecado. (2 Macabeos 12, 42)

  • Una mujer valiente es el orgullo de su marido; la que no sabe tener vergüenza es un cáncer en los huesos. (Proverbios 12, 4)

  • el león, el más valiente de los animales, que no retrocede ante nada; (Proverbios 30, 30)

  • Soberanos temibles se llenarán de temor al oír hablar de mí; seré bueno con mi gente y valiente en el combate. (Sabiduría 8, 15)

  • Una mujer valiente es la alegría de su marido, éste vivirá en paz todos los días de su vida. (Sirácides (Eclesiástico) 26, 2)

  • ¡Qué valiente en la guerra era ese Josué, hijo de Nun, que reemplazó a Moisés como profeta! Como lo dice su nombre, fue grandioso cuando se trataba de librar a los elegidos de Dios. Se vengó de los enemigos que lo atacaban e instaló a Israel en su territorio. (Sirácides (Eclesiástico) 46, 1)

  • Así dice Yavé: «Que no se alabe el sabio por su sabiduría, ni el valiente por su valentía, ni el rico por su riqueza. (Jeremías 9, 22)

  • Ni el más ágil podrá escapar, ni el más valiente, salvarse, Al norte, a orillas del río Eufrates, tropezaron y cayeron. (Jeremías 46, 6)

  • Conviertan sus azadones en espadas y sus hoces en lanzas, que el débil diga: «Soy un valiente». (Joel 4, 10)

  • No se podrá escapar el hombre rápido, ni demostrar su fuerza el forzudo, ni salvar su vida el valiente. (Amós 2, 14)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina