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  • El mayordomo hizo lo que José le había ordenado y los condujo hasta la casa. (Génesis 43, 17)

  • Después José dio a su mayordomo esta orden: "Llena de víveres las bolsas de estos hombres, hasta que estén bien repletas, y antes de cerrarlas, coloca en ellas el dinero de cada uno. (Génesis 44, 1)

  • Sin embargo, sus sollozos eran tan fuertes que los oyeron los egipcios, y la noticia llegó hasta el palacio del Faraón. (Génesis 45, 2)

  • José hizo enganchar su carruaje y subió hasta allí para encontrarse con su padre Israel. Apenas este apareció ante él, José lo estrechó entre sus brazos, y lloró un largo rato, abrazado a su padre. (Génesis 46, 29)

  • ustedes responderán: ‘Tus servidores, desde su juventud hasta ahora, se han dedicado a cuidar el ganado, lo mismo que sus antepasados’. Así ustedes podrán establecerse en la región de Gosen, porque los egipcios sienten abominación por todos los pastores". (Génesis 46, 34)

  • y los bendijo, diciendo: "El Dios en cuya presencia caminaron mis padres, Abraham e Isaac, el Dios que fue mi pastor, desde mi nacimiento hasta el día de hoy, (Génesis 48, 15)

  • El cetro no se apartará de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas, hasta que llegue aquel a quien le pertenece y a quien los pueblos deben obediencia. (Génesis 49, 10)

  • Zabulón habitará en la ribera del mar, que servirá de puerto a las naves, y sus fronteras llegarán hasta Sidón. (Génesis 49, 13)

  • Así pudo ver a los hijos de Efraím hasta la tercera generación; y los hijos de Maquir, hijo de Manasés, también nacieron sobre las rodillas de José. (Génesis 50, 23)

  • Pero los israelitas fueron fecundos y se multiplicaron, hasta convertirse en una muchedumbre numerosa y muy fuerte, que llenaba el país. (Exodo 1, 7)

  • "Un hombre, un egipcio, le explicaron ellas, nos libró de los pastores, nos sacó agua, y hasta dio de beber al rebaño". (Exodo 2, 19)

  • Pasó mucho tiempo y, mientras tanto, murió el rey de Egipto. Los israelitas, que gemían en la esclavitud, hicieron oír su clamor, y ese clamor llegó hasta Dios, desde el fondo de su esclavitud. (Exodo 2, 23)


“A sua casa deve ser uma escada para o Céu”. São Padre Pio de Pietrelcina