Encontrados 944 resultados para: Ciudad

  • Si el homicida sale de la ciudad de refugio adonde había huido, (Números 35, 26)

  • y el vengador del homicidio lo encuentra fuera de los límites de su ciudad de refugio, lo podrá matar sin temor a ninguna represalia, (Números 35, 27)

  • porque el homicida debe permanecer en su ciudad de refugio hasta la muerte del Sumo Sacerdote, y solamente después podrá volver al lugar donde está su propiedad. (Números 35, 28)

  • Tampoco lo aceptarán de aquel que huyó a su ciudad de refugio, permitiéndole que habite nuevamente en su propia tierra antes de la muerte del Sumo Sacerdote. (Números 35, 32)

  • Desde Aroer, en la ribera del Arnón -incluyendo la ciudad que está en el valle- hasta Galaad, no hubo para nosotros ninguna ciudad inexpugnable: el Señor, nuestro Dios, nos entregó todo. (Deuteronomio 2, 36)

  • Y las consagramos al exterminio, como habíamos hecho con Sijón, rey de Jesbón, matando en cada ciudad a hombres, mujeres y niños. (Deuteronomio 3, 6)

  • Lo harás en presencia del Señor, tu Dios -en el lugar elegido por él- junto con tu hijo y tu hija, tu esclavo y tu esclava, y con el levita que viva en tu ciudad. Y en la presencia del Señor, tu Dios, te alegrarás por todos los beneficios que hayas obtenido de tu trabajo. (Deuteronomio 12, 18)

  • Si el lugar que el Señor, tu Dios, elija para constituirlo morada de su Nombre, se encuentra demasiado lejos, tú mismo podrás matar, conforme a mis prescripciones, los animales del ganado mayor o menor que el Señor, tu Dios, te dará. Y comerás en tu ciudad todo lo que quieras, (Deuteronomio 12, 21)

  • Gente despreciable de tu misma raza ha logrado seducir a los habitantes de su ciudad, diciendo: "Vamos a servir a otros dioses" -que tú no conociste- (Deuteronomio 13, 14)

  • pasa sin compasión al filo de la espada a los habitantes de la ciudad, y conságrala al exterminio total con todo lo que hay en ella, incluido su ganado. (Deuteronomio 13, 16)

  • Reúne luego todos sus despojos en medio de la plaza, e incendia la ciudad con todos esos despojos, como un holocausto para el Señor, tu Dios. Ella se convertirá para siempre en un montón de ruinas y nunca más será reconstruida. (Deuteronomio 13, 17)

  • No comerán ningún animal muerto. Se lo darás al extranjero que resida en tu ciudad para que él lo coma, o se lo venderás al extranjero que va de paso. Porque tú eres un pueblo consagrado al Señor, tu Dios. No harás cocer un cabrito en la leche de su madre. (Deuteronomio 14, 21)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina