Encontrados 26 resultados para: Creación

  • ¡Sí, Dios de mi padre y Dios de la herencia de Israel, Soberano del cielo y de la tierra, Creador de las aguas y Rey de toda la creación: escucha mi plegaria! (Judit 9, 12)

  • Tomará su celo por armadura y armará a la creación para vengarse de sus enemigos; (Sabiduría 5, 17)

  • Porque la creación, que está al servicio de ti, su Creador, se pone en tensión para castigar a los injustos y se distiende para beneficiar a los que confían en ti. (Sabiduría 16, 24)

  • Porque la creación entera, obedeciendo a tus órdenes, adquiría nuevas formas en su propia naturaleza, para que tus hijos fueran preservados incólumes. (Sabiduría 19, 6)

  • No digas: "Me ocultaré del Señor, y allá en lo alto, ¿quién se acordará de mí? Entre tanta gente pasaré inadvertido: ¿quién soy yo en la inmensa creación?". (Eclesiástico 16, 17)

  • No harán brillar la instrucción ni el derecho, ni se los encontrará entre los autores de proverbios. Sin embargo, ellos afianzan la creación eterna y el objeto de su plegaria son los trabajos de su oficio. (Eclesiástico 38, 34)

  • para que se cumpliera lo anunciado por el Profeta: Hablaré en parábolas, anunciaré cosas que estaban ocultas desde la creación del mundo. (Mateo 13, 35)

  • Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer. (Marcos 10, 6)

  • Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. (Marcos 16, 15)

  • Así se pedirá cuenta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo: (Lucas 11, 50)

  • Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo. (Juan 17, 24)

  • ya que sus atributos invisibles -su poder eterno y su divinidad- se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por medio de sus obras. Por lo tanto, aquellos no tienen ninguna excusa: (Romanos 1, 20)


“Onde há mais sacrifício, há mais generosidade.” São Padre Pio de Pietrelcina