Encontrados 20 resultados para: Desolada

  • Y durante todo el tiempo en que estará desolada, mientras ustedes vivan en el país de sus enemigos, la tierra pagará los años sabáticos que adeuda. (Levítico 26, 34)

  • Pero antes, la tierra quedará abandonada y pagará los años sabáticos que adeuda, mientras esté desolada por la ausencia de ellos; y también ellos pagarán sus culpas, ya que despreciaron mis leyes y sintieron aversión por mis preceptos. (Levítico 26, 43)

  • Su hermano Absalón le dijo: "¿Fue tu hermano Amnón el que estuvo contigo? Ahora, hermana, no hables más de esto. Él es tu hermano, no tomes la cosa tan a pecho". Y Tamar se quedó desolada en casa de su hermano Absalón. (II Samuel 13, 20)

  • agotados por la penuria y el hambre, roían el suelo reseco, la tierra desierta y desolada. (Job 30, 3)

  • me devuelven mal por bien, dejando mi alma desolada. (Salmos 35, 12)

  • En testimonio de semejante perversidad, humea allí todavía una tierra desolada, los arbustos dan frutos que no llegan a madurar y, como recuerdo de un alma incrédula, se alza una columna de sal. (Sabiduría 10, 7)

  • Tus puertas gemirán y estarán de duelo, y tú, desolada, te sentarás en el suelo. (Isaías 3, 26)

  • la han convertido en una desolación, está de duelo, desolada delante de mí; todo el país está devastado, sin que nadie se lo tome a pecho. (Jeremías 12, 11)

  • Por eso llegan los días -oráculo del Señor- en que haré oír a Rabá de los amonitas el grito de guerra: ella será una colina desolada, sus ciudades serán incendiadas, e Israel heredará a sus herederos, dice el Señor. (Jeremías 49, 2)

  • ¡Cómo fue abatido y se hizo pedazos el martillo de toda la tierra! ¡Cómo ha quedado desolada Babilonia entre las naciones! (Jeremías 50, 23)

  • Que nadie se alegre al verme viuda y abandonada por muchos. Estoy desolada por los pecados de mis hijos, porque se desviaron de la Ley de Dios: (Baruc 4, 12)

  • que se llevó a los hijos queridos de la viuda y la dejó desolada, privándola de sus hijas. (Baruc 4, 16)


“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina