Encontrados 38 resultados para: Gabaón

  • En Gabaón habitaban Abí Gabaón y Ieiel, cuya mujer se llamaba Maacá. (I Crónicas 9, 35)

  • Ismaías, de Gabaón, un guerrero de los Treinta y jefe entre ellos; (I Crónicas 12, 4)

  • David hizo lo que el Señor le había ordenado y derrotó al ejército de los filisteos, desde Gabaón hasta Guézer. (I Crónicas 14, 16)

  • Al sacerdote Sadoc y a sus hermanos, los sacerdotes, los puso delante de la Morada del Señor, en el lugar alto de Gabaón, (I Crónicas 16, 39)

  • La Morada del Señor, que Moisés había hecho en el desierto, y el altar de los holocaustos estaban entonces en el lugar alto de Gabaón. (I Crónicas 21, 29)

  • Después Salomón fue con toda la asamblea al lugar alto de Gabaón, donde estaba la Carpa del Encuentro de Dios, que Moisés, el servidor del Señor, había construido en el desierto. (II Crónicas 1, 3)

  • Pero el altar de bronce que había hecho Besalel, hijo de Urí, hijo de Jur, estaba en Gabaón delante de la Morada del Señor, y Salomón fue junto con la asamblea a consultarlo allí al Señor. (II Crónicas 1, 5)

  • Salomón regresó a Jerusalén desde el lugar alto de Gabaón, donde estaba la Carpa del Encuentro, y reinó sobre Israel. (II Crónicas 1, 13)

  • Junto a ellos trabajaron Melatías de Gabaón y Iadón de Meronot, como así también los hombres de Gabaón y de Mispá, por cuenta del gobernador de la provincia que está a este lado del Éufrates. (Nehemías 3, 7)

  • los hijos de Gabaón: 95; (Nehemías 7, 25)

  • ¡Sí, el Señor se alzará como en el monte Parasím, se enfurecerá como en el valle de Gabaón, para realizar su obra, una obra extraña, para ejecutar su tarea, una tarea inaudita! (Isaías 28, 21)

  • Aquel mismo año, al comienzo del reinado de Sedecías, rey de Judá, el cuarto año, en el quinto mes, Ananías, hijo de Azur, que era un profeta de Gabaón, me habló así en la Casa del Señor, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo: (Jeremías 28, 1)


“Uma Missa bem assistida em vida será mais útil à sua salvação do que tantas outras que mandarem celebrar por você após sua morte!” São Padre Pio de Pietrelcina