Encontrados 131 resultados para: Galaad

  • Así escapó Jacob con todo lo que tenía, y apenas estuvo al otro lado del Éufrates, se dirigió hacia la montaña de Galaad. (Génesis 31, 21)

  • Labán reunió a sus parientes y lo persiguió durante siete días, hasta que al fin lo alcanzó en la montaña de Galaad. (Génesis 31, 23)

  • Cuando Labán alcanzó a Jacob, este había instalado su campamento en la montaña. Labán, por su parte, acampó en la montaña de Galaad. (Génesis 31, 25)

  • Luego se sentaron a comer. De pronto, alzaron la vista y divisaron una caravana de ismaelitas que venían de Galaad, transportando en sus camellos una carga de goma tragacanto, bálsamo y mirra, que llevaban a Egipto. (Génesis 37, 25)

  • Los descendientes de Manasés fueron: de Maquir, el clan de los maquiritas -Maquir fue padre de Galaad-. De Galaad, el clan de los galaaditas. (Números 26, 29)

  • Los descendientes de Galaad fueron: de lézer, el clan de los iezeritas; de Jélec, el clan de los jelequitas; (Números 26, 30)

  • Entonces se acercaron las hijas de Selofjad, hijo de Jéfer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés. Selofjad había pertenecido a los clanes de Manasés, hijo de José, y sus hijas se llamaban Majlá, Noá, Joglá, Milcá y Tirsá. (Números 27, 1)

  • Los rubenitas y los gaditas tenían una enorme cantidad de ganado. Al ver que las regiones de Iázer y de Galaad eran un terreno apto para el ganado, (Números 32, 1)

  • Nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros rebaños y todo nuestro ganado quedarán atrás, en las ciudades de Galaad, (Números 32, 26)

  • diciéndoles: "Si los gaditas y los rubenitas atraviesan con ustedes el Jordán para combatir como guerreros a las órdenes del Señor, hasta que el país les esté sometido, ustedes les darán como posesión la tierra de Galaad. (Números 32, 29)

  • Los descendientes de Maquir, hijo de Manasés, partieron para Galaad y lo conquistaron, despojando a los amorreos que se encontraban allí. (Números 32, 39)

  • Moisés dio el territorio de Galaad a Maquir, hijo de Manasés, quien se estableció allí. (Números 32, 40)


“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina