Encontrados 135 resultados para: Mira

  • Uno de sus servidores le avisó a Abigail, la esposa de Nabal: "Mira que David envió a unos emisarios desde el desierto, para saludar a nuestro patrón, y él se abalanzó sobre ellos. (I Samuel 25, 14)

  • el rey dijo al profeta Natán: "Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios está en una tienda de campaña". (II Samuel 7, 2)

  • él le decía: "Mira, tus razones son buenas y justas, pero no habrá quien te escuche en el tribunal del rey". (II Samuel 15, 3)

  • Pero el rey dijo a Sadoc: "Lleva de nuevo el Arca de Dios a la ciudad. Si el Señor me mira favorablemente, me hará volver a ver el Arca y su morada. (II Samuel 15, 25)

  • Y el rey siguió diciendo al sacerdote Sadoc: "Mira, tú y Abiatar vuelvan en paz a la ciudad, y lleven con ustedes a sus dos hijos, a tu hijo Ajimáas y a Jonatán, el hijo de Abiatar. (II Samuel 15, 27)

  • Gad se presentó a David y le llevó la noticia, diciendo: "¿Qué prefieres: soportar tres años de hambre en tu país, o huir tres meses ante la persecución de tu enemigo, o que haya tres días de peste en tu territorio? Piensa y mira bien ahora lo que debo responder al que me envió". (II Samuel 24, 13)

  • Pero, al cabo de tres años, dos esclavos de Semei huyeron al reino de Aquís, hijo de Maacá, rey de Gat. Alguien le avisó a Semei: "Mira que tus esclavos están en Gat". (I Reyes 2, 39)

  • Pero el Señor le había dicho: "Mira que la mujer de Jeroboám viene a consultarte acerca de su hijo, porque está enfermo. Tú le dirás esto y esto. Cuando ella entre, se hará pasar por otra". (I Reyes 14, 5)

  • Elías tomó al niño, lo bajó de la habitación alta de la casa y se lo entregó a su madre. Luego dijo: "Mira, tu hijo vive". (I Reyes 17, 23)

  • Y dijo a su servidor: "Sube y mira hacia el mar". Él subió, miró y dijo: "No hay nada". Elías añadió: "Vuelve a hacerlo siete veces". (I Reyes 18, 43)

  • Pero sus servidores le dijeron: "Mira, hemos oído decir que los reyes de la casa de Israel son misericordiosos. Pongámonos un sayal y atémonos cuerdas a la cabeza, y rindámonos al rey de Israel. Tal vez así te perdone la vida". (I Reyes 20, 31)

  • El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le dijo: "Mira que las palabras de los profetas anuncian a una sola voz buena fortuna para el rey. Habla tú también como uno de ellos, y anuncia la victoria". (I Reyes 22, 13)


“Diante de Deus ajoelhe-se sempre.” São Padre Pio de Pietrelcina