Encontrados 43 resultados para: Mispá

  • Además, le puso el nombre de Mispá, porque dijo: "Que el Señor nos vigile a los dos, cuando estemos lejos el uno del otro: (Génesis 31, 49)

  • Los cananeos se encontraban al este y al oeste; los amorreos, los jivitas, los perizitas y los jebuseos, en la Montaña; y los hititas, al pie del Hermón, en el territorio de Mispá. (Josué 11, 3)

  • El Señor los puso en manos de Israel, que los derrotó y los persiguió hasta Sidón -la Grande- y hasta Misrefort Maim; y por la parte oriental, hasta el valle de Mispá. La derrota que les infligió Israel fue tal que no dejaron ningún sobreviviente. (Josué 11, 8)

  • Además, desde Jesbón hasta Ramat Ha Mispá y Betoním, y desde Majanaim hasta el territorio de Lo Debar. (Josué 13, 26)

  • Dilán, Ha Mispá, Iocteel, (Josué 15, 38)

  • Los amonitas se concentraron y fueron a acampar en Galaad. También se reunieron los israelitas y pusieron su campamento en Mispá. (Jueces 10, 17)

  • Jefté partió entonces con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo proclamó su jefe y comandante. En Mispá, delante del Señor, Jefté reiteró todas las condiciones que había puesto. (Jueces 11, 11)

  • El espíritu del Señor descendió sobre Jefté, y este recorrió Galaad y Manasés, pasó por Mispá de Galaad y desde allí avanzó hasta el país de los amonitas. (Jueces 11, 29)

  • Cuando Jefté regresó a su casa, en Mispá, le salió al encuentro su hija, bailando al son de panderetas. Era su única hija; fuera de ella, Jefté no tenía hijos ni hijas. (Jueces 11, 34)

  • Jefté juzgó a Israel durante seis años. Cuando murió, lo sepultaron en Mispá de Galaad, que era su ciudad. (Jueces 12, 7)

  • Entonces todos los israelitas salieron como un solo hombre, desde Dan hasta Berseba y hasta la región de Galaad, y la comunidad se reunió delante del Señor, en Mispá. (Jueces 20, 1)

  • Los benjaminitas, por su parte, oyeron que los israelitas habían subido a Mispá. Los israelitas dijeron: "Cuéntennos cómo ha sucedido el crimen". (Jueces 20, 3)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina