Encontrados 17 resultados para: Temer

  • y en la presencia del Señor, tu Dios, en el lugar que él elija para constituirlo morada de su Nombre, comerás del diezmo de tu trigo, de tu vino y de tu aceite, y también los primogénitos de tu ganado mayor y menor. Así aprenderás a temer siempre al Señor, tu Dios. (Deuteronomio 14, 23)

  • La tendrá a su lado y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer al Señor, su Dios, observando todas las palabras de esta Ley y poniendo en práctica estos preceptos. (Deuteronomio 17, 19)

  • Reúne al pueblo -hombres, mujeres y niños, y también a los extranjeros que vivan en tus ciudades- para que la oigan y así aprendan a temer al Señor, su Dios, y a practicar cuidadosamente todas las palabras de esta Ley. (Deuteronomio 31, 12)

  • También deberán oírla sus hijos, los que todavía no la conocen, para que aprendan a temer al Señor mientras ustedes vivan en la tierra que van a poseer después de cruzar el Jordán. (Deuteronomio 31, 13)

  • No hay en la tierra nadie igual a él, ha sido hecho para no temer nada. (Job 41, 25)

  • ¿Por qué voy a temer en los momentos de peligro, cuando me rodea la maldad de mis opresores, (Salmos 49, 6)

  • Ellos temblaron de espanto donde no había nada que temer; Dios ha dispersado los huesos de tus agresores: tú los has confundido, porque Dios los rechazó. (Salmos 53, 6)

  • No tendrá que temer malas noticias: su corazón está firme, confiado en el Señor. (Salmos 112, 7)

  • Él exhortaba a sus compañeros a no temer el ataque de los paganos, y a contar con la victoria que también esta vez les vendría de la mano del Todopoderoso, recordando los auxilios que antes habían recibido del Cielo. (II Macabeos 15, 8)

  • pero el que me escucha vivirá seguro y estará tranquilo, sin temer ningún mal". (Proverbios 1, 33)

  • El hombre que peca contra su propio lecho dice en su corazón: "¿Quién me ve? La oscuridad me rodea y los muros me cubren; nadie me ve: ¿qué puedo temer? El Altísimo no se acordará de mis pecados". (Eclesiástico 23, 18)

  • ¡Soy yo, soy yo el que los consuelo! ¿Quién eres tú para temer a un mortal, a un hombre frágil como la hierba? (Isaías 51, 12)


“A caridade é o metro com o qual o Senhor nos julgará.” São Padre Pio de Pietrelcina