Encontrados 96 resultados para: Vieron

  • los hijos de Dios vieron que estas eran hermosas, y tomaron como mujeres a todas las que quisieron. (Génesis 6, 2)

  • Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, se lo pusieron los dos sobre la espalda y, caminando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre. Como sus rostros miraban en sentido contrario, no vieron a su padre desnudo. (Génesis 9, 23)

  • Cuando Abrám llegó a Egipto, los egipcios vieron que su mujer era muy hermosa, (Génesis 12, 14)

  • y los oficiales de la corte, que también la vieron, la elogiaron ante el Faraón. Entonces fue llevada al palacio del Faraón. (Génesis 12, 15)

  • Cuando en el palacio del Faraón se difundió la noticia de que habían llegado los hermanos de José, el Faraón y sus servidores vieron esto con buenos ojos. (Génesis 45, 16)

  • Cuando les anunciaron que no debían disminuir la producción de ladrillos establecida para cada día, los inspectores israelitas se vieron en un grave aprieto. (Exodo 5, 19)

  • y ellos vieron al Dios de Israel. A sus pies había algo así como una plataforma de lapislázuli, resplandeciente como el mismo cielo. (Exodo 24, 10)

  • y el Señor no extendió su mano contra esos privilegiados de Israel: ellos vieron a Dios, comieron y bebieron. (Exodo 24, 11)

  • ninguno de los hombres que vieron mi gloria y los prodigios que realicé en Egipto y en el desierto, ninguno de los que ya me han puesto a prueba diez veces y no me han obedecido, (Números 14, 22)

  • Como la comunidad se amotinaba contra ellos, Moisés y Aarón se volvieron hacia la Carpa del Encuentro, y vieron que la nube la cubría y que la gloria del Señor se había aparecido. (Números 17, 7)

  • Después que fueron al valle de Escol y vieron el país, ellos desalentaron a los israelitas, a fin de que no invadieran la tierra que el Señor les había dado. (Números 32, 9)

  • Tengan cuidado de ustedes mismos. Cuando el Señor les habló desde el fuego, en el Horeb, ustedes no vieron ninguna figura. (Deuteronomio 4, 15)


“Nunca se canse de rezar e de ensinar a rezar.” São Padre Pio de Pietrelcina