Encontrados 270 resultados para: Vino

  • Así Israel habita seguro, la fuente de Jacob, en un lugar apartado, en una tierra de trigo y de vino, cuyo cielo destila rocío. (Deuteronomio 33, 28)

  • Estos son los odres de vino: eran nuevos cuando los llenamos, y ahora están aquí, todos rotos. Y estas son nuestra ropa y nuestras sandalias, gastadas por un viaje excesivamente largo". (Josué 9, 13)

  • Después de él vino Samgar, hijo de Anat, que derrotó a seiscientos filisteos con una picana de bueyes. Él también salvó a Israel. (Jueces 3, 31)

  • Ahora, deja de beber vino o cualquier bebida fermentada, y no comas nada impuro. (Jueces 13, 4)

  • Pero me dijo: ‘Concebirás y darás a luz un hijo. En adelante, no bebas vino, ni bebida fermentada, ni comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre hasta el día de su muerte’". (Jueces 13, 7)

  • La mujer corrió en seguida a avisarle a su marido: "Se me apareció el hombre que vino a verme el otro día". (Jueces 13, 10)

  • no probará el fruto de la vid, ni beberá vino ni bebida fermentada; no comerá nada impuro, y observará todo lo que le he mandado a esta mujer". (Jueces 13, 14)

  • aunque tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y también pan y vino para mí, para mi mujer y para el servidor que me acompaña. No nos falta nada". (Jueces 19, 19)

  • y le dijo: "¿Hasta cuándo te va a durar la borrachera? ¡Ve a que se te pase el efecto del vino!". (I Samuel 1, 14)

  • Ana respondió: "No, mi señor; yo soy una mujer que sufre mucho. No he bebido vino ni nada que pueda embriagar; sólo me estaba desahogando delante del Señor. (I Samuel 1, 15)

  • Cuando el niño dejó de mamar, lo subió con ella, llevando además un novillo de tres años, una medida de harina y un odre de vino, y lo condujo a la Casa del Señor en Silo. El niño era aún muy pequeño. (I Samuel 1, 24)

  • Entonces vino el Señor, se detuvo, y llamó como las otras veces: "¡Samuel, Samuel!". Él respondió: "Habla, porque tu servidor escucha". (I Samuel 3, 10)


O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina