Encontrados 71 resultados para: angustia

  • Hice a sus viudas más numerosas que la arena de los mares; hice venir en pleno mediodía un devastador sobre las madres de los jóvenes guerreros; hice caer de repente sobre ellas la angustia y el pánico. (Jeremías 15, 8)

  • ¡Que así sea, Señor, si no te he servido bien, si en el tiempo de la desgracia y de la angustia, no intervine ante ti por mi enemigo! (Jeremías 15, 11)

  • Señor, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de la angustia, hacia ti vendrán las naciones desde los confines de la tierra, y dirán: "Sólo mentira heredaron nuestros padres, algo inútil, que no sirve para nada". (Jeremías 16, 19)

  • ¡Ay! Porque es grande aquel Día, y no hay otro igual. Es un tiempo de angustia para Jacob, pero él se salvará de la angustia. (Jeremías 30, 7)

  • Damasco desfallece, emprende la huida, la asalta el terror, es presa de la angustia y los dolores como una parturienta. (Jeremías 49, 24)

  • Cuando el rey de Babilonia oyó la noticia desfallecieron sus manos, la angustia se apoderó de él, y un temblor como de parturienta. (Jeremías 50, 43)

  • ¡Llega la angustia! Buscarán paz, pero no la tendrán; (Ezequiel 7, 25)

  • Tienes que saber y comprender esto: Desde que salió la orden de reconstruir a Jerusalén, hasta que aparezca un Jefe ungido, pasarán siete semanas; luego, durante sesenta y dos semanas, ella será reconstruida con la plaza y el foso, pero en tiempos de angustia. (Daniel 9, 25)

  • Yo me iré, regresaré a mi lugar, hasta que ellos se reconozcan culpables y busquen mi rostro: en su angustia, me buscarán ardientemente. (Oseas 5, 15)

  • ¡No mires con aire de triunfo a tu hermano en el día de su desastre! ¡No te alegres por los hijos de Judá en el día de su perdición! ¡No profieras insolencias en el día de la angustia! (Abdías 1, 12)

  • ¡No te apostes en las encrucijadas para exterminar a sus fugitivos! ¡No entregues a sus sobrevivientes en el día de la angustia! (Abdías 1, 14)

  • diciendo: "Desde mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió; desde el seno del Abismo, pedí auxilio, y tú escuchaste mi voz. (Jonás 2, 3)


“Como é belo esperar!” São Padre Pio de Pietrelcina