Encontrados 24 resultados para: barco

  • Los que viajaron en barco por el mar, para traficar por las aguas inmensas, (Salmos 107, 23)

  • A todo esto, Trifón había huido a Ortosia en un barco. (I Macabeos 15, 37)

  • Un hombre sabio nunca detesta la Ley, pero el que finge observarla es como un barco en la tempestad. (Eclesiástico 33, 2)

  • Porque allí el Señor se muestra magnífico con nosotros, como un lugar de ríos, de canales anchurosos, por donde no circula ningún barco a remos ni atraviesa ningún navío poderoso. (Isaías 33, 21)

  • Aquel día, mensajeros enviados por mí partirán en barco, para dar la alarma en Cus, que vive confiada. Ellos se estremecerán de espanto en el día de Egipto, que ya está por llegar. (Ezequiel 30, 9)

  • Pero Jonás partió para huir a Tarsis, lejos de la presencia del Señor. Bajó a Jope y encontró allí un barco que zarpaba hacia Tarsis; pagó su pasaje y se embarcó para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del Señor. (Jonás 1, 3)

  • Pero el Señor envió un fuerte viento sobre el mar, y se desencadenó una tempestad tan grande que el barco estaba a punto de partirse. (Jonás 1, 4)

  • Los marineros, aterrados, invocaron cada uno a su dios, y arrojaron el cargamento al mar para aligerar la nave. Mientras tanto, Jonás había descendido al fondo del barco, se había acostado y dormía profundamente. (Jonás 1, 5)

  • Nosotros nos adelantamos en barco, navegando en dirección a Asos, donde debíamos recoger a Pablo. Él lo había dispuesto así, porque iba a hacer el viaje por tierra. (Hechos 20, 13)

  • apenados sobre todo porque les había dicho que ya no volverían a verlo. Después lo acompañaron hasta el barco. (Hechos 20, 38)

  • Como encontramos un barco que iba a Fenicia, subimos a bordo y partimos. (Hechos 21, 2)

  • Avistamos la isla de Chipre y, dejándola a nuestra izquierda, seguimos navegando en dirección a Siria, hasta que por fin, atracamos en el puerto de Tiro, donde el barco debía descargar. (Hechos 21, 3)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina