Encontrados 11 resultados para: capataces

  • Entonces los egipcios pusieron a Israel a las órdenes de capataces, para que lo oprimieran con trabajos forzados. Así Israel construyó para el Faraón las ciudades de almacenamiento de Pitóm y Ramsés. (Exodo 1, 11)

  • El Señor dijo: "Yo he visto la opresión de mi pueblo, que está en Egipto, y he oído los gritos de dolor, provocados por sus capataces. Sí, conozco muy bien sus sufrimientos. (Exodo 3, 7)

  • Ese mismo día, el Faraón dio a los capataces y a los inspectores del pueblo las siguientes instrucciones: (Exodo 5, 6)

  • En seguida salieron los capataces del pueblo, junto con los inspectores, y dijeron a la multitud: "Así habla el Faraón: ‘De ahora en adelante no les daré más paja. (Exodo 5, 10)

  • Los capataces, por su parte, los apremiaban diciendo: "Terminen el trabajo que se les fijó para cada día, como lo hacían cuando les daban la paja". (Exodo 5, 13)

  • Y los capataces del Faraón golpearon a los inspectores israelitas que ellos habían designado, diciendo: "¿Por qué ayer y hoy no completaron la cantidad establecida de ladrillos, como lo venían haciendo hasta ahora?". (Exodo 5, 14)

  • aparte de los capataces puestos por Salomón para supervisar los trabajos: eran tres mil trescientos hombres, que dirigían a los que ejecutaban los trabajos. (I Reyes 5, 30)

  • Los supervisores de los capataces puestos al frente de las obras de Salomón eran ciento cincuenta hombres, que dirigían al personal ocupado en los trabajos. (I Reyes 9, 23)

  • Entonces reclutó setenta mil hombres para transportar cargas y ochenta mil para extraer las piedras de las montañas, y puso tres mil seiscientos capataces al frente de ellos. (II Crónicas 2, 1)

  • Destinó a setenta mil de ellos para transportar las cargas, a ochenta mil para extraer las piedras de las montañas, y puso al frente de ellos a tres mil seiscientos capataces para hacer trabajar al pueblo. (II Crónicas 2, 17)

  • Los supervisores de los capataces puestos por Salomón eran doscientos cincuenta hombres, que dirigían al personal. (II Crónicas 8, 10)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina