Encontrados 138 resultados para: combate

  • Desde allí el combate se extendió a toda la región, y el bosque devoró aquel día más gente que la espada. (II Samuel 18, 8)

  • Aquel día, el ejército entró furtivamente en la ciudad, como lo hubiera hecho un ejército avergonzado por haber huido del combate. (II Samuel 19, 4)

  • Pero Absalón, al que habíamos ungido para que fuera nuestro jefe, ha muerto en el combate. ¿Qué esperan entonces para traer de vuelta al rey?". (II Samuel 19, 11)

  • Después hubo un combate contra los filisteos en Gob. Fue entonces cuando Sibecai, el jusatita, mató a Saf, que era uno de los descendientes de Rafá. (II Samuel 21, 18)

  • Luego hubo otro combate contra los filisteos en Gob. Eljanán, hijo de Jaír, el de Belén, mató a Goliat, de Gat. El asta de la lanza de Goliat era gruesa como el palo grande de un telar. (II Samuel 21, 19)

  • También hubo un combate en Gat. Allí había un hombre de enorme estatura, que tenía seis dedos en cada mano y seis en cada pie, veinticuatro en total. También él era descendiente de Rafá. (II Samuel 21, 20)

  • Después de él, Eleazar, hijo de Dodó, el ajojita, uno de los Tres Valientes. Este estaba con David en Pas Damím, donde los filisteos se habían concentrado para el combate. Los hombres de Israel emprendieron la retirada, (II Samuel 23, 9)

  • Y el rey de Israel dijo a Josafat: "Yo me voy a disfrazar para entrar en batalla, pero tú quédate con tus vestiduras". El rey de Israel se disfrazó y entró en combate. (I Reyes 22, 30)

  • Aquel día, el combate fue muy encarnizado. El rey debió ser sostenido de pie sobre el carro, frente a los arameos, y murió al atardecer. La sangre de su herida había chorreado hasta el fondo del carro. (I Reyes 22, 35)

  • Entonces Resín, rey de Arám, y Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a combatir contra Jerusalén. Asediaron a Ajaz, pero no pudieron entrar en combate. (II Reyes 16, 5)

  • ¿Piensas que la estrategia y el valor para el combate son cuestión de palabras? ¿En quien confías para rebelarte contra mí? (II Reyes 18, 20)

  • y Dios los ayudó, de tal manera que los agareos y todos los que estaban con ellos, cayeron en sus manos: en el combate invocaron a Dios y él les fue propicio, porque confiaban en él. (I Crónicas 5, 20)


“Nas tentações, combata com coragem! Nas quedas, humilhe-se mas não desanime!” São Padre Pio de Pietrelcina