Encontrados 36 resultados para: escapar

  • Cuando los hombres de Ai volvieron la vista hacia atrás y vieron la humareda que subía de la ciudad hacia el cielo, ya no pudieron escapar ni por un lado ni por el otro, porque la gente que huía hacia el desierto se volvió contra sus perseguidores. (Josué 8, 20)

  • Aquellos cinco reyes, por su parte, habían logrado escapar, refugiándose en una caverna, cerca de Maquedá. (Josué 10, 16)

  • Adoní Bézec trató de escapar, pero ellos lo persiguieron, lo capturaron y le cortaron el dedo pulgar de las manos y de los pies. (Jueces 1, 6)

  • Mientras ellos esperaban ansiosamente, Ehúd había logrado escapar: después de pasar por el lugar llamado los Ídolos, se había puesto a salvo en Seirá. (Jueces 3, 26)

  • En aquella ocasión derrotaron a los moabitas, que eran cerca de diez mil hombres, todos fuertes y aguerridos. No pudo escapar ni uno solo. (Jueces 3, 29)

  • Seiscientos hombres, en cambio, pudieron escapar al desierto, hasta la Roca de Rimón, y allí estuvieron durante cuatro meses. (Jueces 20, 47)

  • Saúl dijo a Mical: "¿Qué manera de engañarme es esta? ¡Has dejado escapar a mi enemigo!". Mical le respondió: "Él me dijo: ‘O me dejas partir o te mato’". (I Samuel 19, 17)

  • Sólo pudo escapar un hijo de Ajimélec, hijo de Ajitub, llamado Abiatar, que huyó a reunirse con David (I Samuel 22, 20)

  • Saúl iba por un lado de la montaña, y David con sus hombres por el lado opuesto. David apresuró la marcha para escapar de Saúl. Y cuando Saúl y sus hombres estaban a punto de cercar a David y a los suyos para capturarlos, (I Samuel 23, 26)

  • Entonces dijo al rey: "Así habla el Señor: Porque has dejado escapar al hombre que yo había consagrado al exterminio, tu vida responderá por su vida y tu pueblo por su pueblo". (I Reyes 20, 42)

  • Luego entraron para ofrecer sacrificios y holocaustos. Mientras tanto, Jehú había apostado afuera a ochenta hombres y les había dicho: "El que deje escapar a alguno de los que yo pongo en las manos de ustedes, responderá por él con su propia vida". (II Reyes 10, 24)

  • Cuando los hombres de Judá llegaron a la cima que domina el desierto y volvieron sus ojos hacia la multitud, no vieron más que cadáveres tendidos por tierra, porque ninguno había podido escapar. (II Crónicas 20, 24)


O maldito “eu” o mantém apegado à Terra e o impede de voar para Jesus. São Padre Pio de Pietrelcina