Encontrados 123 resultados para: justos

  • Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor. (Lucas 1, 6)

  • Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto». (Lucas 1, 17)

  • Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan». (Lucas 5, 32)

  • ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!». (Lucas 14, 14)

  • Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse». (Lucas 15, 7)

  • Y refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola: (Lucas 18, 9)

  • y tengo la misma esperanza en Dios que ellos tienen: la esperanza de que habrá una resurrección de justos y pecadores. (Hechos 24, 15)

  • Por tu obstinación en no querer arrepentirte, vas acumulando ira para el día de la ira, cuando se manifiesten los justos juicios de Dios, (Romanos 2, 5)

  • porque a los ojos de Dios, no son justos los que oyen la Ley, sino los que la practican. (Romanos 2, 13)

  • Y de la misma manera que por la desobediencia de un solo hombre, todos se convirtieron en pecadores, también por la obediencia de uno solo, todos se convertirán en justos. (Romanos 5, 19)

  • es decir, si se tiene en cuenta que no fue establecida para los justos, sino para los malvados y los rebeldes, para los impíos y pecadores, los sacrílegos y profanadores, los parricidas y matricidas, los asesinos, (I Timoteo 1, 9)

  • a la asamblea de los primogénitos cuyos nombres están escritos en el cielo. Se han acercado a Dios, que es el Juez del universo, y a los espíritus de los justos que ya han llegado a la perfección, (Hebreos 12, 23)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina