Encontrados 33 resultados para: miseria
Si tu hermano queda en la miseria y se ve obligado a vender una parte de su propiedad, su pariente más cercano vendrá a ejercer el derecho de rescate sobre lo que ha vendido su hermano. (Levítico 25, 25)
Si tu hermano se queda en la miseria y no tiene con qué pagarte, tú lo sostendrás como si fuera un extranjero o un huésped, y él vivirá junto a ti. (Levítico 25, 35)
Si tu hermano se queda en la miseria y se ve obligado a venderse a ti, no le impongas trabajos de esclavo. (Levítico 25, 39)
Si un extranjero que reside junto a ti llega a prosperar, y tu hermano, en cambio, se queda en la miseria y tiene que venderse a ese extranjero o a un descendiente de la familia de un extranjero, (Levítico 25, 47)
Entonces pedimos auxilio al Señor, el Dios de nuestros padres, y él escuchó nuestra voz. Él vio nuestra miseria, nuestro cansancio y nuestra opresión, (Deuteronomio 26, 7)
Luego hizo este voto: "Señor de los ejércitos, si miras la miseria de tu servidora y te acuerdas de mí, si no te olvidas de tu servidora y le das un hijo varón, yo lo entregaré al Señor para toda su vida, y la navaja no pasará por su cabeza". (I Samuel 1, 11)
Él levanta del polvo al desvalido y alza al pobre de la miseria, para hacerlos sentar con los príncipes y darles en herencia un trono de gloria; porque del Señor son las columnas de la tierra y sobre ellas afianzó el mundo. (I Samuel 2, 8)
Tú viste la miseria de nuestros padres en Egipto, oíste su clamor junto al Mar Rojo. (Nehemías 9, 9)
Por lo tanto, hijo mío, prefiere a tus hermanos; no te muestres orgulloso con los hijos y las hijas de tu pueblo, rehusando tomar una esposa entre ellos. Porque el orgullo acarrea la ruina y un gran desorden, y la ociosidad lleva a la decadencia y a la miseria; ella es, en efecto, madre de la penuria. (Tobías 4, 13)
Porque no me cerró las puertas del seno materno ni ocultó a mis ojos tanta miseria. (Job 3, 10)
Por lo que he visto, los que cultivan la maldad y siembran la miseria, cosechan eso mismo: (Job 4, 8)
No, el mal no sale del suelo ni la miseria brota de la tierra: (Job 5, 6)