Encontrados 124 resultados para: real

  • y habrá tres hileras de bloques de piedra y una de madera. Los gastos correrán por cuenta de la casa real. (Esdras 6, 4)

  • Todos mis bienes fueron embargados y confiscados para el tesoro real: no me quedó nada, excepto mi esposa Ana y mi hijo Tobías. (Tobías 1, 20)

  • y cada hombre recibió provisiones en abundancia y una gran cantidad de oro y plata del palacio real. (Judit 2, 18)

  • En aquellos días, mientras el rey Asuero tenía instalado su trono real en la ciudadela de Susa, (Ester 1, 2)

  • Así, durante largo tiempo -¡ciento ochenta días!- él hizo ostentación de la fastuosidad de su gloria real y del magnífico esplendor de su grandeza. (Ester 1, 4)

  • Al cabo de ese tiempo, el rey ofreció un banquete de siete días, en el patio del jardín del palacio real, a toda la población que se encontraba en la ciudadela de Susa, desde el más grande al más pequeño. (Ester 1, 5)

  • que trajeran a su presencia a la reina Vasti, luciendo la diadema real, para mostrar su belleza a la gente y a los príncipes, porque ella era muy hermosa. (Ester 1, 11)

  • Los que estaban más cerca de él, eran Carsená, Setar, Admatá, Tarsís, Meres, Marsená y Memucán, los siete jefes de Persia y de Media que pertenecían al consejo real y ocupaban los primeros puestos en el reino. (Ester 1, 14)

  • Si al rey le parece bien, haga publicar un dictamen real, que se inscribirá con carácter irrevocable en las leyes de los persas y los medos, prohibiendo a la reina Vasti presentarse ante el rey Asuero y confiriendo su título de reina a otra mejor que ella. (Ester 1, 19)

  • La joven le cayó en gracia y se ganó su favor. Por eso, él le entregó de inmediato las cremas de belleza, fijó su régimen de comida y le asignó las siete doncellas más distinguidas del palacio real. Luego la trasladó con sus doncellas al mejor departamento del harén. (Ester 2, 9)

  • Y cuando una joven se presentaba ante el rey, le daban todo lo que quería llevar consigo del harén al palacio real. (Ester 2, 13)

  • Así fue conducida ante el rey Asuero, al palacio real, en el décimo mes, que es el mes de Tebet, en el séptimo año de su reinado. (Ester 2, 16)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina