Encontrados 124 resultados para: real

  • Él se enamoró de Ester más que de todas las otras mujeres y ella se ganó su favor más que todas las demás jóvenes. El rey puso la diadema real sobre su cabeza y la proclamó reina en lugar de Vasti. (Ester 2, 17)

  • Mientras se hacía un segundo reclutamiento de muchachas jóvenes, Mardoqueo ocupaba un puesto en la puerta real. (Ester 2, 19)

  • En aquellos días, mientras Mardoqueo ocupaba un puesto en la puerta real, Bigtán y Teres, dos eunucos del rey que custodiaban la entrada, estaban descontentos y planeaban un atentado contra el rey Asuero. (Ester 2, 21)

  • Todos los servidores de la puerta real doblaban la rodilla y se postraban ante Amán, porque así lo había ordenado el rey. Pero Mardoqueo no se arrodillaba ni se postraba. (Ester 3, 2)

  • Entonces los servidores de la puerta real preguntaron a Mardoqueo: "¿Por qué desobedeces la orden del rey?". (Ester 3, 3)

  • Si le parece bien, se dará por escrito la orden de eliminarlos. Y yo depositaré diez mil talentos de plata en las manos de los administradores, para que ingresen en el tesoro real". (Ester 3, 9)

  • Los secretarios del rey fueron convocados el día trece del primer mes. Y tal como lo había ordenado Amán, se redactó un escrito dirigido a los prefectos reales, a los gobernadores de cada una de las provincias y a los jefes de cada pueblo, a cada provincia en su propia escritura y a cada pueblo en su propia lengua. Los escritos estaban redactados en nombre del rey Asuero y sellados con el anillo real. (Ester 3, 12)

  • hasta llegar frente a la puerta real, porque nadie podía franquearla vestido con esa ropa. (Ester 4, 2)

  • Hatac salió a ver a Mardoqueo, que estaba en la plaza de la ciudad, frente a la puerta real. (Ester 4, 6)

  • Mardoqueo lo puso al tanto de lo que sucedía y de la suma de dinero que Amán había prometido entregar al tesoro real por el exterminio de los judíos. (Ester 4, 7)

  • Al tercer día, Ester se puso sus vestiduras reales y llegó hasta el patio interior del palacio, frente a la sala del rey. El rey estaba sentado en su trono, en la sala real, frente a la puerta de entrada. (Ester 5, 1)

  • Amán había salido aquel día contento y de buen humor. Pero al ver en la puerta real a Mardoqueo, que no se levantaba ni temblaba ante él, se llenó de furor. (Ester 5, 9)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina