Encontrados 33 resultados para: rebelde

  • Si un hombre tiene un hijo indócil y rebelde, que desobedece a su padre y a su madre, y no les hace caso cuando ellos lo reprenden, (Deuteronomio 21, 18)

  • y dirán a los ancianos: "Este hijo nuestro es indócil y rebelde; no quiere obedecernos, y es un libertino y un borracho". (Deuteronomio 21, 20)

  • y este gritó al hombre de Dios venido de Judá: "Así habla el Señor: Porque has sido rebelde a la orden del Señor y no has observado el mandato que te dio el Señor, tu Dios; (I Reyes 13, 21)

  • El rey ha de saber que los judíos que estaban a tu lado y llegaron a Jerusalén están reconstruyendo esta ciudad rebelde y perversa: tratan de restaurar sus murallas y reparan sus cimientos. (Esdras 4, 12)

  • a fin de que se investigue en los Anales de tus predecesores. En ellos comprobarás que esta es una ciudad rebelde, perjudicial para los reyes y las provincias; y que en ella se han fomentado insurrecciones desde los tiempos más remotos. Por ese motivo fue destruida. (Esdras 4, 15)

  • con la alabanza de los niños y de los más pequeños, erigiste una fortaleza contra tus adversarios para reprimir al enemigo y al rebelde. (Salmos 8, 3)

  • Así no serán como sus padres, una raza obstinada y rebelde, una raza de corazón inconstante y de espíritu infiel a Dios: (Salmos 78, 8)

  • Si a un esclavo se le consiente desde su infancia, terminará por convertirse en un rebelde. (Proverbios 29, 21)

  • En la reunión de los pecadores arde el fuego y contra la nación rebelde se enciende la ira. (Eclesiástico 16, 6)

  • pégale sin temor mientras es niño, no sea que se vuelva rebelde y te desobedezca. (Eclesiástico 30, 12)

  • así la realeza se dividió en dos, y de Efraím surgió un reino rebelde. (Eclesiástico 47, 21)

  • No, tú no habías oído ni sabías nada, ni tus oídos fueron abiertos de antemano, porque yo sé que no haces más que traicionar y que te llaman "Rebelde desde el seno materno". (Isaías 48, 8)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina