Encontrados 80 resultados para: sucedió

  • Esto sucedió por el pecado que había cometido, haciendo lo que es malo a los ojos del Señor, siguiendo el camino de Jeroboám y persistiendo en el pecado que este había cometido al hacer pecar a Israel. (I Reyes 16, 19)

  • Después que sucedió esto, el hijo de la dueña de casa cayó enfermo, y su enfermedad se agravó tanto que no quedó en él aliento de vida. (I Reyes 17, 17)

  • Después de esto, sucedió lo siguiente: Nabot, el izreelita, tenía una viña en Izreel, al lado del palacio de Ajab, rey de Samaría. (I Reyes 21, 1)

  • Esto es lo que sucedió cuando el Señor arrebató a Elías y lo hizo subir al cielo en el torbellino. Elías y Eliseo partieron de Guilgal, (II Reyes 2, 1)

  • Entonces el rey de Israel enviaba algunos hombres al lugar que le había dicho el hombre de Dios. Eliseo le avisaba, y él tomaba las precauciones debidas. Esto sucedió más de una vez. (II Reyes 6, 10)

  • Y esto fue lo que le sucedió: el pueblo lo aplastó contra la Puerta, y él murió. (II Reyes 7, 20)

  • Esto sucedió porque los israelitas pecaron contra el Señor, su Dios, que los había hecho subir del país de Egipto, librándolos del poder del Faraón, rey de Egipto, y porque habían venerado a otros dioses. (II Reyes 17, 7)

  • Esto sucedió porque no habían escuchado la voz del Señor, su Dios, y habían transgredido su alianza; todo lo que había mandado Moisés, el servidor del Señor, ellos no lo habían escuchado ni practicado. (II Reyes 18, 12)

  • Fue únicamente por orden del Señor que sucedió esto en Judá, para apartarla de su presencia, a causa de los pecados de Manasés, por todo lo que él hizo, (II Reyes 24, 3)

  • Esto sucedió en Jerusalén y en Judá a causa de la ira del Señor, hasta que al fin él los arrojó lejos de su presencia. Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia. (II Reyes 24, 20)

  • Cuando murió Bela, lo sucedió Iobab, hijo de Zéraj, de Bosrá. (I Crónicas 1, 44)

  • Cuando murió Iobab, lo sucedió Jusám, del país de los temanitas. (I Crónicas 1, 45)


“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina