Encontrados 105 resultados para: vivientes

  • Y esto resultó una asechanza para los vivientes, ya que los hombres, víctimas del infortunio o de la tiranía, atribuyeron a piedras y maderas el Nombre incomunicable. (Sabiduría 14, 21)

  • sé generoso con todos los vivientes y no niegues tu piedad a los muertos; (Eclesiástico 7, 33)

  • La cubrió con toda clase de vivientes y todos volverán a ella. (Eclesiástico 16, 30)

  • Hizo que todos los vivientes lo temieran, para que él dominara las fieras y los pájaros. (Eclesiástico 17, 4)

  • ¿Quién alabará al Altísimo en el Abismo, si los vivientes no le rinden homenaje? (Eclesiástico 17, 27)

  • Él hombre sólo tiene misericordia de su prójimo, pero el Señor es misericordioso con todos los vivientes. Él reprende, corrige y enseña, y los hace volver como el pastor a su rebaño. (Eclesiástico 18, 13)

  • Alianzas eternas fueron selladas con él, para que nunca más un diluvio destruyera a los vivientes. (Eclesiástico 44, 18)

  • Él lo eligió entre todos los vivientes para presentar al Señor la ofrenda, el incienso y el perfume como memorial, y para hacer la expiación en favor de su pueblo. (Eclesiástico 45, 16)

  • Yo decía: Ya no contemplaré al Señor en la tierra de los vivientes; no veré más a los hombres entre los habitantes del mundo. (Isaías 38, 11)

  • Fue detenido y juzgado injustamente, y ¿quién se preocupó de su suerte? Porque fue arrancado de la tierra de los vivientes y golpeado por las rebeldías de mi pueblo. (Isaías 53, 8)

  • Porque el Señor entra en juicio con todos los vivientes por el fuego y por su espada, y serán numerosas las víctimas del Señor. (Isaías 66, 16)

  • Y al salir, se verán los despojos de los hombres que se han rebelado contra mí, porque su gusano no morirá, su fuego no se extinguirá y serán algo horrible para todos los vivientes. (Isaías 66, 24)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina