Encontrados 21 resultados para: Digan

  • si no temiera azuzar el furor del enemigo, y que lo entiendan al revés sus adversarios, no sea que digan: «Nuestra mano prevalece, y no es Yahveh el que hace todo esto.» (Deuteronomio 32, 27)

  • El llamó enseguida a su escudero y le dijo: «Desenvaina tu espada y mátame, para que no digan de mí: Lo ha matado una mujer.» Su escudero lo atravesó y murió. (Jueces 9, 54)

  • David no dejaba llevar a Gat con vida hombres ni mujeres, pues decía: «No se que den aviso contra nosotros y digan: "Esto ha hecho David." «De esta forma se comportó David todo el tiempo que moró en territorio de filisteos. (I Samuel 27, 11)

  • Entonces Sarra, con el alma llena de tristeza, se echó a llorar y subió al aposento de su padre con intención de ahorcarse. Pero, reflexionando, pensó: «Acaso esto sirva para que injurien a mi padre y le digan: "Tenías una hija única, amada y se ha ahorcado porque se sentía desgraciada." No puedo consentir que mi padre, en su ancianidad, baje con tristeza a la mansión de los muertos. Es mejor que, en vez de ahorcarme, suplique al Señor que me envíe la muerte para no tener que oír injurias durante mi vida.» (Tobías 3, 10)

  • ¡Malditos cuantos digan palabras crueles! ¡Malditos sean cuantos te destruyan! ¡Cuantos derriben tus muros echen tus torres por tierra y pasen a fuego tus moradas! ¡Mas sean benditos por siempre los que te construyan! (Tobías 13, 12)

  • No digan en su corazón: «¡Ajá, lo que queríamos!» No digan: «¡Le hemos engullido!» (Salmos 35, 25)

  • Exulten y den gritos de júbilo los que en mi justicia se complacen, y digan sin cesar: «¡Grande es Yahveh, que en la paz de su siervo se complace!» (Salmos 35, 27)

  • Que lo digan los redimidos de Yahveh, los que él ha redimido del poder del adversario, (Salmos 107, 2)

  • ¡Digan los que temen a Yahveh: que es eterno su amor! (Salmos 118, 4)

  • porque es mejor que te digan: «Sube acá», que ser humillado delante del príncipe. Lo que han visto tus ojos, (Proverbios 25, 7)

  • Porque incluso tus hermanos y la casa de tu padre, ésos también te traicionarán y a tus espaldas gritarán. No te fies de ellos cuando te digan hermosas palabras. (Jeremías 12, 6)

  • Y como te digan: «¿A dónde salimos?», les dices: Así dice Yahveh: Quien sea para la muerte, a la muerte; quien para la espada, a la espada; quien para el hambre, al hambre, y quien para el cautiverio, al cautiverio. (Jeremías 15, 2)


“Há duas razões principais para se orar com muita satisfação: primeiro para render a Deus a honra e a glória que Lhe são devidas. Segundo, para falar com São Padre Pio de Pietrelcina