Encontrados 9 resultados para: Nekó

  • En sus días subió el Faraón Nekó, rey de Egipto, hacia el rey de Asiria, junto al río Eufrates. Fue el rey Josías a su encuentro, pero Nekó le mató en Meguiddó en cuanto le vio. (II Reyes 23, 29)

  • El Faraón Nekó lo encadenó en Riblá, en el país de Jamat, para que no reinara más en Jerusalén y puso un impuesto al país de cien talentos de plata y diez talentos de oro. (II Reyes 23, 33)

  • El faraón Nekó puso por rey a Elyaquim, hijo de Josías, en lugar de su padre Josías, y le cambió el nombre en Yoyaquim. Cuando a Joacaz, le tomó y le llevó a Egipto, donde murió. (II Reyes 23, 34)

  • Yoyaquim entregó la plata y el oro a Faraón, pero para dar el dinero según la orden de Faraón, impuso una derrama al país, a cada uno según sus bienes; apremió al pueblo de la tierra acerca del dinero que había de dar al faraón Nekó. Nekó. (II Reyes 23, 35)

  • Después de todo lo que hizo para reparar el Templo, subió Nekó, rey de Egipto, para combatir en Karkemis, junto al Eufrates; y Josías le salió al encuentro. (II Crónicas 35, 20)

  • Nekó le envió mensajeros para decirle: «¿Qué tengo yo que ver contigo, rey de Judá? No he venido hoy contra ti, sino contra la casa con la cual estoy en guerra; y Dios me ha mandado que me apresure. Deja de oponerte a Dios, que está conmigo, no sea que él te destruya.» (II Crónicas 35, 21)

  • Pero Josías no se apartó de él, pues estaba decidido a darle batalla, sin escuchar las palabras de Nekó, que venían de boca de Dios. Y avanzó para librar batalla en la llanura de Meguiddó. (II Crónicas 35, 22)

  • El rey de Egipto proclamó rey de Judá y Jerusalén a Eliaquim, hermano de Joacaz, cambiándole el nombre por el de Yoyaquim. Y a Joacaz, su hermano, le tomó Nekó y lo llevó a Egipto. (II Crónicas 36, 4)

  • Para Egipto. Sobre el ejército del Faraón Nekó, rey de Egipto, que estuvo sobre el río Eufrates, en Karkemis, al cual batió Nabucodonosor, rey de Babilonia, el año cuarto de Yoyaquim, hijo de Josías, rey de Judá. (Jeremías 46, 2)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina