Encontrados 18 resultados para: Querer

  • Extendió Moisés su mano sobre el mar, y al rayar el alba volvió el mar a su lecho; de modo que los egipcios, al querer huir, se vieron frente a las aguas. Así precipitó Yahveh a los egipcios en medio del mar, (Exodo 14, 27)

  • a las que pudiera huir el homicida que hubiera matado a su prójimo sin querer, sin haberle odiado anteriormente, y huyendo a una de estas ciudades, salvara su vida. (Deuteronomio 4, 42)

  • Porque tenía mucho miedo de la ira y del furor que irritaba a Yahveh contra vosotros hasta querer destruiros. Y una vez más me escuchó Yahveh. (Deuteronomio 9, 19)

  • También contra Aarón estaba Yahveh violentamente irritado hasta querer destruirle. Yo intercedí también entonces en favor de Aarón. (Deuteronomio 9, 20)

  • Este es el caso del homicida que puede salvar su vida huyendo allá. El que mate a su prójimo sin querer, sin haberle odiado antes (Deuteronomio 19, 4)

  • a las que pueda huir el homicida que haya matado a alguien por inadvertencia (sin querer), y que le sirvan de asilo contra el vengador de la sangre. (Josué 20, 3)

  • Si el vengador de la sangre le persigue, no le entregarán al homicida en su manos, pues ha herido a su prójimo sin querer, y no le tenía odio anteriormente. (Josué 20, 5)

  • David lograba éxito en todas las campañas que Saúl le encomendaba, y le puso Saúl al frente de hombres de guerra, y se hizo querer de todo el pueblo, también de los servidores de Saúl. (I Samuel 18, 5)

  • Respondió Joab: «¡Lejos, lejos de mí querer destruir y aniquilar! (II Samuel 20, 20)

  • Entró, pues, Amán, y el rey le preguntó: «¿Qué debe hacerse al hombre a quien el rey quiere honrar?» Amán pensó: «¿A quién ha de querer honrar el rey, sino a mí?» (Ester 6, 6)

  • Al querer señalarse tomando parte imprudentemente en el combate, cayeron aquel día algunos sacerdotes. (I Macabeos 5, 67)

  • Hazte querer de la asamblea, ante un grande baja tu cabeza. (Eclesiástico 4, 7)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina